Entrevista a FOREVER CULT: “En un mundo ideal, las bandas tributo no deberían existir”
Esta semana hablamos con FOREVER CULT, una banda de tributo a THE CULT que consigue plasmar, con exactitud, los matices sonoros del legendario combo inglés. Joss Metalcry se pone en contacto con José Zapata y Charlie Rood, cantante y guitarrista, respectivamente, que completan la formación junto a Sergi Ventura al bajo y J.E. Duclosson «Duclo» a la batería.
Hola chicos. En primer lugar, ¿cómo surgió la idea de crear una banda así?
J.Z. Bueno, creo que para meterte en un proyecto así has de sentir la música de la banda que homenajeas de manera especial. De lo contrario no transmitirás nada a la gente y no funcionará en ningún sentido. Se trata de hacerlo desde el respeto y la admiración. Por otro lado, obviamente has de estar a la altura como músico y tener bastante similitud con la banda original a la hora de interpretar. La gente acude a ver este tipo de bandas esperando escuchar algo muy parecido a la banda original. Luego hay bandas de todo tipo haciendo tributos claro, pero el público siempre tendrá la referencia del original y sentirá si le llega a la fibra o no.
En cuanto a nuestra historia en particular, parece que Sergi y Charlie llevaban con la idea desde hacía algún tiempo. Contaban con Duclo a la batería, pero les faltaba cantante. Yo llevaba desde principios de los 2000 funcionando por temporadas con otro tributo, Pure Cult, y participé fugazmente en otro junto al hermano de Sergi. Él les habló de mí, miraron cosas en YouTube, parece que les gusté, y se animaron a contactarme. Me pareció que con ellos se podría llevar la historia a otro nivel que no alcanzaba con Pure Cult, así que me decidí a probar.
C.R. Así es. Sergi, que es un enfermo de The Cult, venía hablándome de un cantante que clavaba la voz de Astbury. Al principio yo era escéptico, porque no solo Astbury es uno de mis músicos favoritos, sino que además tiene una voz muy personal. En ese momento, justo hubo un parón de nuestra banda Neon Delta. Veníamos de dos años a tope y estábamos exhaustos. Nos apetecía hacer otro proyecto paralelo sin ninguna pretensión, solo por pura diversión. Algo que no diera muchos quebraderos de cabeza, todo lo contrario a una banda original vaya (risas). Así que, después de algunas conversaciones, ya estábamos en el local liados con un repertorio que nos ponía los pelos de punta.
THE CULT fue mi grupo de cabecera desde su debut “Dreamtime” hasta el abandono de Jamie Stewart de la alineación legendaria, tras el “Sonic Temple”. Aun así les di una oportunidad con “Ceremony”, pero por el homónimo aquel de la cabra ya sí que no pasé. Desde entonces no los sigo. ¿Cómo escogéis vuestros setlist?
C.R. Bueno, lo primero, ¡¡tirón de orejas!! (risas). Si nos dices que los abandonaste en «La Cabra», para nosotros un discazo, es que te has perdido, en nuestra opinión, una de las carreras más brillantes y coherentes que ha habido en la música. Después sacaron “Beyond Good and Evil”, que también nos gustó especialmente. Un trallazo superlativo, otro giro de tuerca, a la altura de sus obras clásicas. Y en la última etapa han buscado crear y sacar música acorde a su status y edad, sin anclarse al pasado ni buscar el single facilón.
Para el setlist, como fans que somos, buscamos un equilibrio entre todo lo obligado, ya sabes: “Sanctuary”, “Fire Woman” o “Wild Flower”… y alguna joya del tipo “Hollow Man” o “My Bridges Burn”, que vamos rescatando para cada concierto, saltando entre épocas. Nos gustaría mucho tocar temas más oscuros que nos encantan o que The Cult nunca tocan, pero lo cierto es que hay mucho temazo más conocido que es muy duro dejar fuera.
J.Z. Así es, The Cult jamás ha repetido fórmula a la hora de hacer discos. Siempre han evolucionado de manera clara hacia algo diferente. Han tenido principios como pocos hacia su forma de ver la música en cada momento. Quizá cagaron su carrera con “Ceremony”, precisamente por eso; había temas con desarrollos muy largos, solos de guitarra interminables y una densidad en general que, creo, aburrió a los fans. Quién sabe si a lo mejor lo hubiera producido, al igual que “Sonic Temple”, el productor de oro de la época, Bob Rock, pero parece que andaba ocupado. La llegada del grunge desde luego no ayudó, ya que arrasó con todo lo anterior. Ahí ellos intentaron integrarse en la escena con un álbum muy diferente, como fue «el Cabras», pero no lo lograron. De ahí su primera separación tras el poco éxito de la gira.
¿Seguís las carreras en solitario de sus componentes originales?
J.Z. Bueno, conocemos los discos de Astbury en solitario y con Holy Barbarians, así como lo de Billy Duffy con Colorsound, junto a Mike Peters de The Alarm, o su participación en Circus Diablo. Desconozco si ha hecho alguna vez algo completamente en solitario, pero creo que no, y lo mismo de Jamie Stewart.
¿Qué tipo de público predomina en vuestros conciertos?
C.R. Bueno, pues es bastante curioso, porque, como sabrás, The Cult abarcan desde gente más afín a la New Wave y al Gótico hasta moteros y amantes del Hard Rock, así que, lógicamente, en nuestros conciertos puedes encontrarte de todo. También es curioso que, al no ser The Cult una banda muy popular, cuando tocamos junto a otras bandas tributo, para público que no es el nuestro, flipan con los temas y la actuación y descubren a la banda original. Realmente, nunca sabemos qué nos vamos a encontrar, y eso también es divertido.
Desde siempre, el tándem Astbury/Duffy ha sido una bomba de relojería que ha estallado varias veces a lo largo de la historia de la formación, pero siempre acaban volviendo, tarde o temprano, al redil para continuar su historia. ¿Qué creéis que hacen a esta pareja de genios tan especiales?
C.R. Bueno, en mi opinión, aparte del talento, el carisma y que se complementan perfectamente, le han dado una elegancia y un discurso mucho más profundo a un género que muchas veces se centra demasiado en clichés. The Cult siempre tuvieron unas inquietudes musicales, espirituales y sonoras que nos cautivaron. Un grupo diferente y especial, con esa simbiosis perfecta entre la personalidad temeraria y arrolladora de Astbury y la exigencia musical y perfeccionismo sonoro de Duffy, un guitar hero infravaloradísimo.
J.Z. Sí, creo que Astbury es un tipo más visceral, más punk. Mientras que Duffy es alguien más comedido y cerebral. Creo que después de tantas idas y venidas se han dado cuenta de que se complementan como pocos y que se necesitan mutuamente a la hora de hacer cosas grandes. También creo que el tiempo ha terminado haciendo justicia a su legado. Eso, hace unos años, todavía no lo tenían, y creo que para ellos es un motor de motivación para seguir dando guerra actualmente.
¿Qué tipo de comentarios os hacen después de cada show?
C.R. Pues estamos encantados con el recibimiento. Creo que la gente valora mucho que cuatro colgados se lancen con algo así. Percibimos cómo valoran el amor y el esfuerzo que le metemos al proyecto. El fan de The Cult es muy apasionado cuando se cruza con otro, porque es una banda muy especial. Estamos muy satisfechos y agradecidos por el respeto y admiración con el que se ha tratado a Forever Cult en cada actuación.
Supongo que sois plenamente conscientes de la eterna polémica que rodea a las bandas tributo, pues está a la orden del día este debate abierto en canal. ¿Cuáles de estas críticas creéis que tienen más sentido?
C.R. Sí claro, y nosotros, aunque suene paradójico, entendemos perfectamente cualquier crítica o debate en torno a las bandas tributo. Para nosotros, músicos con proyectos propios, compositores y gente que trabaja día a día para vivir de esto, en un mundo ideal, las bandas tributo no deberían existir, o debería ser algo más puntual. Pero creo que la gente se olvida de que ser músico también es una profesión, que el mercado manda, desgraciadamente afectando a todas las disciplinas, y que para generar ingresos, al igual que hace cualquier trabajador, el músico se busca la vida.
Evidentemente, el que la industria vaya en una huida hacia adelante, donde parece que no se plantea desarrollar e invertir en nuevos talentos y solo potencia la nostalgia no ayuda y nos afecta a todos. Nos vemos muchas veces obligados a tirar de versiones o tributos para ganarnos la vida. Tampoco te niego que estoy esperando a toda esa gente que va a cuchillo contra los tributos en los conciertos de bandas más pequeñas, donde es determinante que se vendan en la puerta 20 o 30 tickets.
J.Z. Para mí hay una gran diferencia entre una banda tributo y por ejemplo una orquesta, que tienen todos mis respetos, pero lo asocio más a lo que ha comentado Charlie. Como te decía antes, para hacer un homenaje, y que salga bien, hay que sentir el repertorio como si fuera tuyo, y para mí eso es igual de respetable que el hacer un repertorio propio. Aquí todos tenemos nuestros proyectos propios, y seguiremos teniéndolos, porque hacer canciones siempre ha sido una necesidad existencial. Es que, realmente, quien piense que por ejemplo una banda como esta se hace para sacar algo de dinero se equivoca totalmente. Para eso, desde luego, hay mejores opciones que The Cult. Esto lo hacemos por verdadera admiración por su música, ¡porque tocar estos temas nos la pone gorda! (risas).
¿Recordáis la primera vez que escuchasteis a THE CULT?
C.R. Perfectamente. Mi hermano mayor me llevó de tiendas de discos, y compró el recopilatorio “Pure Cult”. Yo tendría 14 años, y tras escuchar el riff de “She Sells Sanctuary”, y esa voz, a la semana siguiente ya estaba comprando uno por uno la discografía entera. Hay algo cósmico en esta banda que me atrapó desde el principio.
J.Z. Yo recuerdo que me pasaron el vinilo de “Electric”. Por entonces yo creo que ya había salido el “Sonic Temple” también, pero no había escuchado nada. Me gustó la portada, la carpeta, su estética, no sé, no eran como los demás grupos de la época. Me lo puse y al principio me pareció que algunas canciones sonaban demasiado parecidas a cosas que ya había oído, algunos riffs… pero eran buenas canciones, sonaba como muy rudo, muy AC/DC. Me terminó por gustar mucho y, sobre todo, la voz de Astbury me resultaba extrañamente familiar (risas).
Hace poco tiempo han pasado por España tocando completamente el “Sonic Temple”, en su aniversario 30 años desde su publicación, y, pese a quien le pese, es un álbum que ha marcado una época con grandes canciones en su contenido de principio a fin. ¿Qué os parece a vosotros este disco?
C.R. Pues qué te vamos a decir de “Sonic Temple” que no se haya dicho ya. 30 años después, te pones ese disco, escuchas ese sonido, esa producción… ambicionar ese nivel y clavarlo. Es que creo que The Cult siempre han tenido un criterio brutal. Justo en ese momento les tocaba hacer eso: pillar al mejor productor del género como era Bob Rock y comerse el mundo. Fueron a por ello y lo lograron. Creo que, si te lo puedes permitir, hay que ir a por un disco de esa grandiosidad en tu carrera. Sencillamente magistral.
J.Z. Como te comentaba, yo los conocí con “Electric”, al escuchar “Sonic Temple” me quedé un poco frío, demasiado elaborado en comparación. Entiendo que iban a por algo del todo comercial y era lo que tocaba hacer. La verdad es que ha envejecido mejor de lo esperado. Tiene grandes temas, de los mejores de su repertorio, pero, en mi opinión, no me parece un disco 10. Qué puedo decir, disfruté más “Electric”.
Yo creo que no son valorados todo lo que se merecen. Es una pena que sea así. El propio Billy Duffy dijo: «Cada vez que hemos tenido la oportunidad de ser grandes Ian lo ha jodido todo». ¿Por qué creéis que no han tenido el éxito multitudinario que han tenido otros de su generación?
C.R. Egoístamente, yo lo prefiero así. Astbury es tan puro y tan inquieto que no me lo imagino en plan Steven Tyler, que por supuesto es otro grandísimo, buscando la popularidad o el single comercial en cada disco. Creo que les pasó lo que a muchísimas bandas: hicieron las concesiones que creían que tenían que hacer para pelear por una mayor popularidad, hasta que llegaron a un punto donde decidieron tomar el control total de su carrera, a su «tempo», priorizando lo artístico y lo que les apetecía hacer en cada momento, y no tratar de tener reconocimiento forzosamente.
Creo que el último intento fue con “Painted on my Heart”, una balada de Diane Warren, buscando la fórmula de “Armageddon”, pero no sucedió. Así que creo que ahora están simplemente donde quieren estar, y celebramos no tener que pagar un puto «Golden Circle» para ver a nuestra banda favorita.
J.Z. Yo creo que simplemente no supieron dar continuidad a “Sonic Temple. Con “Ceremony” se equivocaron. Seguramente, con Bob Rock lo hubieran conseguido. Ese era el momento: todavía la MTV programaba Hard Rock. Luego ya fue tarde.
Dentro del rock han hecho diferentes estilos, desde el gótico de sus comienzos hasta el tecno, pasando por más estilos durante su trayectoria, pues no tienen dos trabajos que sean iguales, así que, que no se hayan estancado en un mismo estilo, es algo de agradecer. ¿A qué momento de la historia de la banda os gustaría volver si hubiera una máquina del tiempo?
C.R. Yo, personalmente, que también viví en Londres y que aún quedaba poso dentro de la cultura británica cuando hablabas con gente allí, a los inicios. “Love” es mi álbum favorito, de los cinco que me llevaría a una isla desierta. Está impregnado de esa inocencia y magia que algunas veces, por conjunción de los astros, logra plasmar en los primeros pasos un grupo. Todo aquel movimiento Punk-New Wave-Rock and Roll todavía se podía palpar en los garitos de Londres. A veces cerraba los ojos y me imaginaba asistiendo a ver a unos jóvenes The Cult estrenando temas como “Big Neon Glitter” o “Black Angel”.
J.Z. Yo sin duda a lo que vino después. Ya sabes: motos, tías, birras… (risas).
¿Cuáles diríais que han sido vuestros momentos memorables como grupo?
C.R. Bueno, pues de primeras diríamos que cada minuto con este proyecto ha sido memorable, en el sentido de que hemos disfrutado de buen rollo y complicidad, de sonar bien sin haberlo planificado demasiado. Si nos vamos a actuaciones concretas, ha habido un par de noches, en RockPalace en Madrid, petado de gente, con la peña «On Fire» coreando los temas y pasándolo de puta madre. Fue muy gratificante y emotivo.
Solamente habéis actuado en la comunidad de Madrid. ¿Existen planes de expansión para un futuro próximo?
C.R. Bueno, no es cierto, ya hemos hecho alguna salida: Bilbao, Albacete… Nos han propuesto cosas prácticamente por todo el territorio nacional, incluso Inglaterra. Nos gustaría poderle dar más salida, pero muchas veces estamos ocupados con nuestros propios proyectos y cuesta cuadrar agendas. Pero obviamente la idea es llevarlo a todos los sitios posibles.
No tengo nada más que preguntaros para esta entrevista y os doy las gracias por el tiempo prestado para realizarla. ¿Algo que queráis añadir que no se haya dicho?
C.R. Simplemente, que si eres fan de The Cult no deberías perderte nuestro show. Te aseguramos que lo vas a gozar de la hostia. El 24 de octubre estaremos abriendo para La Bon Scott Band en Madrid, en una noche que promete ser inigualable a nivel homenajes. Os damos las gracias por la entrevista y recordaros que podéis seguirnos en las redes sociales, así como a nuestras bandas Neon Delta, Zapata y S.E.X. ¡¡Un saludo y CFFC!! ¡¡The Cult la mejor puta banda de RnR!!