¿Es mejor saber tocar o saber componer?
Esa es la cuestión amigos. Cuántas veces habremos oído decir que DREAM THEATER son unos aburridos, aunque tocan como Dios, o que Txus Di Fellatio no toca las baterías tal y como están registradas en los discos de MÄGO DE OZ. ¿Qué preferimos: que Yosi cante como Leo o que Leo componga como Yosi? Hay veces que todo no se puede tener…
Decía Leo Jiménez en la presentación oficial de su “Factoría Del Contraste” (2016): “Me llega un alumno flipado con la maqueta de un grupo de su barrio, y cuando lo pone no había ni un solo instrumento real. Ese sonido se ha instaurado como la verdad. Ahora, todos los grupos tocan de mentira pero creemos que es de verdad, y cuando vas a verlos en directo te llevas un chasco muy grande (…) Yo oigo maquetas que suenan mejor que este disco [“La Factoría Del Contraste”], y lo han hecho en su habitación… ¡Algo me falla!”. Leo, con esto se refiere sobre todo a que las baterías de muchos grupos, como el que su alumno le mostraba, programan las baterías con software que se bajan de internet. Luego, también está la opción del “corta y pega”, en la que se pueden colocar los bombos o las cajas dentro del tempo, en caso de que el músico se haya ido a la hora de interpretar su parte… De hecho, lo segundo se ha hecho toda la vida.
El testimonio de Leo, me sirve para poner a debate lo que en el enunciado escribía: ¿Es mejor saber tocar o saber componer? Y con “saber” me refiero a tener ese don, tener gracia… Dar a luz piezas que pasen a los anales de la historia como esos “Resistiré”, “Molinos De Viento”, “Dolores Se Llamaba Lola”, “Va A Estallar El Obús”, “El Guardián De Tu Piel”, “Vientos De Guerra”… que marcan a generación tras generación, más allá de la época en que hayan sido compuestos. Si os fijáis, y vuelvo a Leo Jiménez, ya que ha sido el inspirador de este artículo, en sus discos como LEO JIMÉNEZ no hay canciones que destaquen por su composición. Me gustan, una cosa no quita la otra, hay “caña”, melodía, baladas… y sobresalen, por encima de todo, porque son interpretadas por una de las mejores voces del heavy metal estatal. Pero, ¿no os da la sensación de que falta algo en ellas? No acaban de llegar a la cumbre como en su día lo hicieran otras canciones, también firmadas por Leo, pero en las que tenía a su lado a grandes compositores como Jero Ramiro, Ix Valieri o Pepe Herrero. Es curioso.
Y aquí es cuando yo me posiciono a favor de los compositores. Ojo, y me encantan las idas de olla de DREAM THEATER o YNGWIE MALMSTEEN, me quedo boquiabierto viéndoles tocar y, además, han dejado para el recuerdo discazos de la talla de “Images & Words” (1992), “Metropolis. Pt. 2” (1999), “Trilogy” (1986) u “Odissey” (1988), pero, sin grandes composiciones en su interior, no hubieran alcanzado ese estatus. Por otro lado tenemos a Txus Di Fellatio, que, por muchas veces que lo hayamos crucificado, debemos admitir que tiene un don para componer grandes canciones y melodías que conectan con la gente. Lo mismo que Jero Ramiro. Tras abandonar SARATOGA, ¿no os dio la sensación de que la banda quedaba huérfana? Y mira que Tony Hernando es un gran guitarra y compositor, pero no eran esos SARATOGA que alcanzaron el estrellato con “Vientos De Guerra” (1999) o “Agotarás” (2001). Eran unos LORDS OF BLACK en español. Y por último… cuando empiezas a tocar la guitarra, ¿qué temas te manda el profesor particular y económico, que te recomendó tu colega, para practicar en casa? Pues el “Enter Sandman” de METALLICA, el “Come As You Are” de NIRVANA, el “Smoke On The Water” de DEEP PURPLE… ¿Por qué? Porque son ya himnos, son temas que gustan a todo el mundo y son sencillísimos de tocar. Esa es la prueba incriminatoria de que una gran composición no necesita tener detrás a un gran virtuoso de la música, simplemente hace falta una buena idea.
Vale, hoy en día, puedes grabarte un disco de heavy metal en tu habitación, pero, por muy buen sonido que tenga, si las canciones no valen la pena, ahí se quedarán olvidadas entre cientos de miles de bandcamps. No tendrán repercusión alguna. En cambio, si la banda de turno tiene facilidad para componer temas que conecten con la gente, tal vez puedan llegar a ser alguien dentro de la sobresaturada escena del metal. Personalmente, nunca me he encontrado con bandas que sobre el escenario nada tengan que ver con su disco o maqueta. Hay muchos factores que pueden influir en el directo, pero, más o menos, siempre reconoces las canciones. Si vas a verles en directo con la gabardina de “Inspector Gadget” y la lupa, evidentemente que encontrarás fallos. En ese caso estarás más pendiente de lo bien o mal que tocan, con lo cual no disfrutarás, que de dejarte llevar por esa “magia” que, convertida en ondas sonoras, llega a nuestro cerebro a través de unas notas que alguien ha ordenado de tal manera que nos hace perder el mundo de vista por momentos. No sé, va a gustos…