EXPOSICIÓN 20 AÑOS DE ROCK & ROLL (1996-2016) – RECEPCIÓN DE LA LABORAL (GIJÓN) – 04-24/07/2016
Recuerdos y nostalgia del Rock & Roll
Con motivo del XX Aniversario del festival DERRAME ROCK, en Gijón se celebraron durante el mes de julio de 2016 una gran variedad de actividades, todas ellas, por supuesto, relacionadas con la música y el festival: conciertos, masterclasses, y también una exposición en la que se nos mostraban un buen número de artículos relacionados con los veinte años de historia del festival. Además, que todas las actividades se llevaran a cabo en un lugar como es Laboral Ciudad de la Cultura, en Gijón, hacía que al interés de las propias actividades se uniera lo atractivo que es el propio escenario en el que iban a realizarse.
En mi visita a la exposición me acompañó, entre otros, un colega que conoce el festival muy bien, ya que estuvo entre su público durante varios años. Y precisamente fue él el que me ayudó a darme cuenta de que la exposición se dirigía sobre todo a los que habían estado en el festival en alguna ocasión.
De esta manera, pudimos ver entradas, camisetas, pulseras, fanzines y todo lo que el público se echaba en la mochila según llegaba, y también los vasos del festival. Vimos también los discos que grabaron los grupos que ganaron el concurso de maquetas, y también discos de grupos, como LOS SUAVES o AVALANCH, que participaron en el festival en varias ediciones.
Los carteles que estaban allí nos sirvieron para ver cómo los grupos iban “escalando” puestos entre una edición y otra del festival, de manera que grupos que un año habían tocado a las doce de la mañana, lo hicieron a media tarde o incluso de noche algunos años después. A su vez, los recortes de prensa también nos sirvieron para darnos cuenta de cómo la repercusión del festival iba siendo cada vez mayor de año en año.
Pero, de hecho, esta breve exposición se dirige precisamente a alentar los recuerdos y la nostalgia de los que estuvieron en el festival alguna vez, mostrando lo que les acompañó durante su estancia en él.
Sin embargo, también observamos dos fallos en la exposición que hicieron que no fuera tan buena como sería deseable: en primer lugar que el vídeo que se proyectaba no tenía sonido (o, al menos, no lo tenía cuando nosotros fuimos a la exposición), lo que hacía que perdiera mucho de su interés. Y en segundo lugar, y eso fue lo que a mi colega le pareció el mayor fallo, que apenas había fotos, no sólo de los grupos, sino, sobre todo, del público. De hecho, me comentaba que una iniciativa muy interesante hubiera sido que se hubiera propuesto al público que enviase fotos de su estancia en el festival para poder exponer las mejores y más representativas.
No obstante, estos dos fallos no impiden que esta exposición sea un muy buen testimonio del que fue, sin duda, el mejor festival que se celebró en tierras asturianas hasta que fue trasladado a Galicia.