GARAGE SOUND FEST II, DÍA 2 AUDITORIO MIGUEL RÍOS – RIVASVACIAMADRID //9/06/2018
Día 2 – El reinado de Glenn I de Cannock
Convenientemente descansados y bien comidos, gracias a las ricas viandas que siempre ofrece la tierra madrileña, nos aprestamos a vivir la segunda jornada del festival a tope, con un buen puñado de bandas a las que tenemos muchas ganas de disfrutar en vivo. Parece que la lluvia ha desaparecido y nos va a dar tregua (como así fue) y podremos disfrutar de un plan perfecto: cerveza, amigos y rock and roll.
THE SPLIZZY GANG
Siempre tratando de apoyar a nuevas bandas españolas, el festival convocó un concurso con fases de clasificación llamado “Rising Star”, con el objeto de que el ganador tocara en el festival. Gandores resultaron los valencianos THE SPLIZZY GANG que, capitaneados por una buena voz, la de Elizabet Gang, nos ofrecieron una media hora de hard-rock muy disfrutable, animando siempre al público, con muchas ganas de reventar el escenario y con un sonido que no se portó nada mal en esta ocasión. Para ellos fue un sueño cumplido; para nosotros, una estupenda manera de comenzar el día. ¡Muy buenos!
HELL’S FIRE
La parte más bruta y cañera del festival, totalmente alejada de la preponderancia del rock clásico que lo impregna, correspondió a la banda madrileña de Stoner y Southern Metal HELL’S FIRE. Rock local en inglés que te aplasta sin concesiones, hecho con el punto justo de mala leche… y efectivo. La voz de Big Mario y los guitarrazos de Mario Sánchez y David Suárez, con la base rítmica de Homer y Pi, nos dejaron avasallados durante media hora. En su Facebook dicen que anduvieron jodiendo al personal 30 minutos… pero yo lo pasé bastante bien, madafackas.
DeWOLFF
Al comienzo de su actuación, los holandeses sembraron ciertas dudas. Sus pintas y vestimentas, estilo Eurovisión 1967, y sus primeras pinceladas, psicodélicas tal vez no eran lo más adecuado para un festival como el Garage e hicieron que, quienes no les conocían, fruncieran el ceño… pero lo cierto es que su mezcla de rock clásico con trazos sureños ácidos, de blues tradicional con tintes hard, y su potente órgano Hammond con Leslie incluido, acabaron por conquistarnos a todos, hasta el punto de hacernos pensar a muchos que dieron el mejor bolo de la jornada. Lo básico de su equipo colaboró a que el sonido fuera claro y nítido, y el feeling extremo de Pablo van de Poel a la guitarra, el acompañamiento medido de Robin Piso al Hammond y la máquina rítmica encerrada en una mínima batería de Luka van de Poel, nos volaron la cabeza. Con permiso de don Glenn, lo mejor de la noche.
GRAVEYARD
Al coincidir al minuto con HELLSINGLAND UNDERGROUND, éste que escribe se quedó sin ver a estos suecos (vio a los otros, jeje) en el pasado Azkena Rock Festival… y muchos me dijeron que dieron un bolazo tremendo, así es que había muchas ganas. Empiezo por decir que sus discos no logran ilusionarme; este último tampoco, pero, aun así, tenía mucho interés en ver en vivo a los de Joakim Nilsson. Lo primero que me llamó la atención es lo estáticos que son: buenos músicos, sin duda, pero siempre a lo suyo e interactuando poco con el público, hasta abriendo y cerrando su concierto con temas muy lentos y sosegados lo que dejó a más de uno algo frío. Musicalmente son muy buenos, sin paliativos: versátiles, metódicos, un seguro arriba de las tablas, pero su estilo no acaba de cuadrarme demasiado, especialmente para escenarios abiertos; les veo más bien un grupo de sala, donde se tienen que percibir mucho más todos esos matices y detalles en que se recrean. Bolo disfrutable, tremendos instrumentistas, sin duda (muy grande el nuevo batería Oskar Bergenheim), pero con las salvedades indicadas. Uy… más que una crónica me está quedando un ensayo, jajaja.
BLACK STAR RIDERS
Sin duda, el bajón del día. Los técnicos tardaron lo suyo en hacer que funcionara todo en escena pero, además, no lograron quitar un ruido de masa que sonaba antes del bolo. Total, que la banda comenzó como veinte minutos tarde y, sin piedad, tocaron media hora escasa, seis o siete temas, cinco propios y dos de THIN LIZZY, como vienen haciendo por la presencia de Scott Gorham, uno de los miembros de la enorme e irrepetible banda irlandesa de Mr. Phil Lynott. Y todo ello con uno de los peores sonidos del festival: imposible distinguir las guitarras (y mucho menos los solos de Damon y Scott), perdidas en un enjambre difuso que hizo del concierto un auténtico suplicio. Encima, el público flipaba gambas con el abrupto final… Una actuación para olvidar, aunque hay que reconocer que la banda, y como siempre, Ricky, lo dieron todo tratando de que el desastre fuera menor, y no se les puede reprochar lo más mínimo en cuanto a entrega y actitud.
GLENN HUGHES
67 años en agosto. Sí, sí, no me he equivocado en absoluto; y cantando mejor que muchos de cuarenta… o cuarenta y ocho, sin mirar a nadie. Ése es GLENN HUGHES (así llamado por sus padres, admiradores de GLENN MILLER), la voz del rock, y a fe que lo es. Este tío está tocado por un don, no sé si el de la eterna juventud o el de la inmarcesible voz… elegid vosotros, pero lo que hace en los escenarios no es ni mucho menos normal: perfecta afinación, agudos de otro mundo, sin pestañear y al sitio también en cuanto a afinación, presencia, actitud, más que eficiente bajista… un lujo tremendo tenerle enfrente. Y eso que venía con un show, si me permitís, poco original, ya que nos presentó canciones de su época en DEEP PURPLE en sus tres discos de estudio aunque, si no creo mal, no tocó nada de “Come Taste the Band”, el disco que hiciera sin Blackmore y con Tommy Bolin.
El show no tuvo desperdicio, con las adiciones de “Highway Star” y “Smoke on the Water” de la época Gillan, y unos impresionantes escarceos con “Georgia on my Mind” que popularizara Ray Charles. Los músicos se portaron, aunque mi opinión personal es que la guitarra de Søren Andersen iba disparada de más y él es un buen instrumentista, pero no destaca especialmente. Correctos batería (segundo show con Hughes tras el Sweden) y teclados y realmente fuera de este mundo un Glenn en estado de gracia que nos hizo sentir que el show se hacía corto. Algo edulcorado de más con su paz, su amor y sus arrumacos vocales al respetable… pero un auténtico monstruo.
GUN
Triste que sea noticia el buen sonido del que gozaron los escoceses que, con su soft-rock, algo comercial, pero siempre honesto, hicieron las delicias de sus seguidores. A una hora perfecta, tras el subidón del bolo anterior, los de Dante Gizzi, exbajista y cantante sobrevenido, ofrecieron un buen concierto para incondicionales. Tal vez, “Taking on the World” y “Gallus” son sus dos mejores discos, aunque el último, de 2017, contiene melodías interesantes, pero el público estaba deseoso de escuchar himnos (si se pueden llamar así) como “Better Days”, “She Knows” o “·Don’t Say It’s Over”, y a fe que es lo que ofrecieron a un número de gente que había decrecido bastante tras la descarga de Hughes o se retiraba a reponer fuerzas al puesto de comida o, al menos, a intentarlo.
IMPERIAL STATE ELECTRIC
Ya con las fuerzas al borde de la extenuación, aún nos quedaba la descarga de los de Nicke Andersson (Nick Royale), de HELLACOPTERS, que tan buenas sensaciones nos dejaran el pasado Azkena. Esta vez, la propuesta es más sosegada, más melódica… y de nuevo el sonido nos privó de un buen cierre, con las guitarras totalmente ausentes y las voces casi inaudibles. Por lo demás, el grupo estuvo muy bien, la verdad, tratando de capear el temporal con profesionalidad y sacando adelante su repertorio, cambiando de vocalista con Dolf a la voz en algún tema, tirando de sus primeros discos y haciendo un show que nos dejó buen sabor de boca… aunque, de nuevo, el final fue demasiado abrupto, la verdad. Con un seco “Imperial State Electric says good night” abandonaron el escenario casi precipitadamente… y se acabó el Garage, señores.
Un buen amigo me dijo que podría titular la crónica “el festival de las guitarras ausentes”, y no puede haber resumen más certero. El sonido fue lo peor de una segunda edición que deja muchísimas cosas para mejorar, que te deja con una rabia tremenda por el asunto tantas veces citado, pero en la que compensan el buen ambiente del festi, las excelentes bandas, siempre los buenos amigos que acompañan y los que saludas, con los que compartimos varias cervezas… y el pasar dos días de rock y motor por todo lo alto, aunque con las sombras mencionadas.
¡Nos vemos el año que viene!
Galería de Imágenes de THE SPLIZZY GANG :
Galería de Imágenes de DEWOLFF :
Galería de Imágenes de GRAVEYARD :
Galería de Imágenes de BLACK STAR RIDERS :
Galería de Imágenes de GLENN HUGHES :
Galería de Imágenes de GUN :
Galería de Imágenes de IMPERIAL STATE ELECTRIC :