HAMLET y KTULU, dos referentes de los noventa, llenan la Razzmatazz 2 // Barcelona – 02/02/2019
HAMLET y KTULU llevan más de 30 años en los escenarios, y para celebrarlo a lo grande quisieron compartir escenario en una velada única e irrepetible. Ambas bandas se presentaron el pasado 02 de febrero en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona y allí estuvimos para verlo. Los madrileños HAMLET presentaban su nuevo álbum, «Berlín», y en cuanto a KTULU, estos ofrecieron un repertorio basado en algunos de los clásicos que darán forma al recopilatorio «El Alma de las Bestias», un trabajo que saldrá a la venta con la discográfica Avispa Music en unos meses. Un álbum que, además de las re-grabaciones de temas de toda la trayectoria del grupo catalán, incluirá dos inéditos.
Se abrieron las puertas un poco más tarde de lo anunciado, y con el frío que hacía ese día en Barcelona… pero la espera valdría la pena. Una vez entré en la Razzmatazz me fui de cabeza al puesto de merchandising, para ver si había algo de KTULU. Pero total fue mi sorpresa al no ver nada de ellos y sí de HAMLET, que llevaron cosas interesantes para vender.
Desde que se anunció este cartel, con dos bandas que nacieron a finales de los 80, se creó una gran expectación por la vuelta de KTULU a los escenarios, habiendo mucha gente con ganas de verlos en acción, aunque fuera con otra formación. Muchos miembros han pasado por ella; y lo dice uno que les hizo una entrevista por partes, después de aquel reencuentro en la Salamandra, donde pudimos disfrutar de un concierto por el que pasaron gran parte de sus formaciones, aparte de la legendaria de “Involución”, “Orden genético” y “Confrontación”.
En esta ocasión, el telón de fondo que usó KTULU fue el anagrama de “Confrontación”. Empezaron puntuales a las 20:30 h, cuando por los altavoces sonaba la introducción que abre el tema “Pura vida”, dándolo todo los nuevos componentes desde el minuto cero del show. Tras un saludo al respetable muy escueto de Willy, continuaron con “Biocontaminación”, una canción con un mensaje cada vez más actual, que no pierde vigencia, tristemente. Acto seguido le siguió “El latido del miedo”. Si la antes mencionada no ha perdido vigencia, está menos aún, ya que la violencia machista no cesa.
Es raro que un grupo te toque dos canciones de un mismo álbum de buen principio, pero KTULU fueron a por la tercera con “Lado oscuro”. Al final del tema hubo unos cuantos fans que hicieron pogo, en las primeras filas, sin darse cuenta que había una persona inválida. Está bien divertirse, pero con un poco de conocimiento. No hubo demasiadas ovaciones al cantante Willy Espejo, pero sí muchos gritaban el nombre de Miguel Suesta, el batería oficial de la formación clásica, que se levantó de detrás de los tambores y platos para saludarnos a todos en esta parte del concierto. Por un momento, llegué a pensar que habría otro batería para continuar el concierto y que él solamente iba a tocar esas canciones, pero me equivoqué, ya que siguió hasta la última canción.
Tras esto, empezaban las baterías de “Tiempo Hostil” y, acto seguido, le acompañó el bajo, un instrumento que empuñaba Dani Ruíz (Abrahel, Steelgar, Reek, Reaktion), que se pasó casi toda la actuación muy estático en comparación con los otros bajistas que ha tenido el grupo. Pese a que entre los presentes había pocas camisetas de ellos y sí muchas de sus predecesores, KTULU no paraba de darlo todo. Willy y sus muchachos no desaprovecharían la ocasión para desplegar todo su potencial con el anti religioso «Crisis de fe», y esa introducción con los diálogos de Robert de Niro en “El cabo del miedo”.
Empezaba después “Delirium tremens”. Lejos de decaer el trepidante ritmo inicial, el quinteto no paraba de darlo todo. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, KTULU se sumergió de lleno en el trabajo que le dio más satisfacciones, “Confrontación”, pues es quizás el disco más aclamado de su carrera, y que contó con casi total protagonismo a lo largo de toda la velada, prescindiendo de los trabajos “Show Canibal” y “Makinal”, que contaron con David Roig y Blai Drummer.
Tras un saludo del propio Willy, diciendo: “Sois los mejores”, la banda encaraba la recta final de su actuación de la mano de “Apocalipsis 25-D”, esa canción que le abrió las puertas al estrellato y que fue la antesala de lo que luego sería su álbum «Confrontación». El propio vocalista nos recordó antes de empezarla que era una canción viejísima, de una película viejísima también, llamada «El Día de la Bestia», no por eso deja de ser una de las composiciones más importantes en la carrera de la banda.
También hay que hacer mención especial al samplero Gery, a los guitarristas David Rebollo (Katabatika, Kop, Reaktion) y Xavi Diví (Karlahan, The Zen, Assalt 43), que dieron todo de sí y que no dejaron de mover sus melenas al viento, esperando que nos den muchas satisfacciones por un tiempo prolongado. Cómo no, la actuación de KTULU acabó con Miguel Suesta delante de la batería, cómo sabréis sus seguidores más fieles, y cantando a dúo con Willy el tema “Solo”. Por si alguien tenía alguna duda, este primer concierto, tras un largo silencio en directo, sirvió para confirmar que KTULU están vivos. Podría haber sido más repartido el set list, aunque con 40 minutos que estuvieron en el escenario tampoco podían hacer muchos milagros. Esperemos que en sus próximas fechas tengan más tiempo para sus otros trabajos.
Posteriormente, tras esperar menos de media hora, saltaron al escenario los chicos de HAMLET, que desde el principio fueron a comerse el escenario, pues una plaza como Barcelona es importante en cualquier gira de un grupo, como dijo su cantante Molly en un momento de la actuación. Para mí, esta formación es una de las más importantes que ha dado el país, aunque yo les he seguido a intervalos. Hay que reconocer que una banda que lleva más de 30 años en los escenarios hay que tenerla muy en cuenta; si hubieran nacido en el extranjero, de bien seguro serían mucho más reconocidos. Por desgracia, en España tenemos complejo de inferiores, y miramos a fuera teniendo grupos como estos en la piel de toro.
El público que nos acompañaba en el concierto era el de siempre; vi muchas caras conocidas, mezcladas con caras jóvenes y nuevas, que no tuvieron problema en dejarse llevar durante la actuación. El ambiente, con una sala apunto del sold out, comenzaba a caldearse con los madrileños, que sabían perfectamente lo que tenían que hacer. HAMLET comenzaron con «Persiste, Insiste, Repite», la canción que nos adelantaron antes de sacar su último disco de estudio, titulado «Berlín», que lleva a la venta desde el 23 de noviembre, a través de Maldito Records.
Le continuó “Tu destino” y “Eclipse”, con Molly sin parar de correr por todo el escenario, dándolo todo… Muchos deberían aprender del cantante, pues con más de 50 años da más caña que algunos que empiezan. Después, decidían tocar dos canciones de “El Inferno”, disco del 2000, tituladas “Vivir es una ilusión” y “Denuncio a dios”. En esta última, el cantante bajó al público y tuvo un pequeño percance, que, por suerte, no fue a más. Desde luego, no me arrepiento en ningún momento de acudir a esta cita, ya que HAMLET cuentan con una energía arrolladora y una puesta en escena brutal. El tándem Molly/Tarraga es tremendo, se les queda pequeño el escenario… La actitud de estos músicos es la que deberían de tener muchos a la hora de subirse en un escenario.
La gente estaba entregada en todo momento y muchos habían venido solo a ver a estos chicos. Los grandes temas de la banda iban sonando, sin apenas descansar entre ellos: “Salvajes”, “El principio de un comienzo”, “Libertad”, “Imperfección” y “Mi religión”, sonaron sin apenas pausa entre ellas, pues HAMLET querían aprovechar el tiempo al máximo para no tener que dejarse ninguna canción en el tintero. Luego, llegó el momento del discurso de rigor por parte del cantante. Este, se acordó de personas que habían ido a verle, para luego empezar con el medio tiempo «Héroe», un tema con un mensaje a tener en cuenta y para ponerse a recapacitar. A pesar de no haber escuchado aún su último disco, me cautivó «No Se Decir Adiós», una de las canciones que no podrá de salir de su repertorio a partir de ahora y la última que HAMLET iban a tocar de su último disco.
Tras “Tu medicina” y “Un mundo en pausa”, llegó la canción más antigua del repertorio, sacada de aquel “Sanatorio de muñecos” y llamada “Irraccional”. A mi entender, esta vez sonó muy floja, en comparación con las anteriores veces que los he visto en directo, pero también podría ser que las otras canciones dejaron el listón muy alto. Después llegaba la hora de “Imaginé”, del álbum “Syberia”, para mí es uno de los peores que tiene HAMLET en su dilatada carrera, pues es uno de los más pausados y melódico.
Y, tras un descanso, llegó la hora de tocar la incendiaria “JF”, canción que jamás podrán sacar de sus conciertos y que no ha llegado a cansar nunca. HAMLET acabaron con “Egoísmo” y, tras la foto de rigor con el público de fondo, dieron fin a la velada. Molly estuvo a tope, Álvaro y Paco son un tándem en el apartado rítmico, y Ken HC un gran apoyo de Tarraga, que es la pieza angular que le da ese sonido a la banda.