KING KOBRA + TABÜ – SALA RAZZMATAZZ 3, BARCELONA – 08/06/2016
Frío y distante regreso
Muchos años han pasado ya desde la primera y única visita de KING KOBRA a nuestro país, nada más y nada menos que treinta años, tres décadas desde que la banda liderada por Carmine Appice se subía al escenario de la mítica Sala de Rock Canciller.Por fin, la histórica banda de Glam norteamericano, pisó de nuevo nuestra geografía, con una pequeña gira de dos fechas, la primera en Madrid en la Sala Penélope, y cerrando el escueto tour, en la Sala Razzmatazz 3 de Barcelona. En su cita en Barcelona, les acompañaron los locales TABÜ, ya conocidos por su Hard Rock de estilo melódico de gran calidad.
TABÜ
Convocados a las 19:30 horas de la tarde para la apertura de puertas, la noche empezaba para TABÜ media hora después, tal y como estaba previsto, ante una sala casi a mitad del aforo y que cada vez albergaba mayor número de asistentes.
Los catalanes, con tres discos en su haber editados en sus diez años de carrera como banda, hicieron gala de una muy buena compenetración y entendimiento sobre las tablas, animando en todo momento al respetable a participar en sus versos, que la mayoría ya conocían.
Temas como Jaula de Cristal, Contigo estaré o Tan Solo sonaron en la noche del ocho de Junio, además de Escúchame, Hoy por ti y Sueños, entre otras, así como también una versión de Cuerpo a cuerpo, de SANGRE AZUL.
El tiempo sobre el escenario fue algo escaso para TABÜ, pero supieron calentar el ambiente de impecable forma, demostrando que son muy aptos y correctos, y dieron la bienvenida a KING KOBRA de la mejor de las maneras posible.
KING KOBRA
Tiempo para KING KOBRA sobre el tablado de la pequeña sala Barcelonesa. Pasaban unos minutos de las 21:10h cuando Carmine Appice irrumpía en escena, y el resto de la banda tomaban posiciones.
Ready to Strike fue la primera en sonar, seguida de Tear Down the Walls y enlazando Knock’em Dead y Shadow Rider. El show transcurría enlazando un tema con otro dejando poco tiempo para presentaciones y/o habladurías; aunque tampoco eran necesarias.
Mientras su líder Carmine Appice se mostraba pacífico y apacible tras los timbales, Johnny Rod, protagonista indiscutible de la noche, eclipsó al resto de la banda y tomaba la batuta, era él quien hacía y deshacía mientras se movía de lado a lado del escenario y daba constantes órdenes al joven que vino en sustitución de Mick Sweda.
Live Forever, Monsters and Heroes, Iron Eagle fueron otros de los temas que sonaron, además de un pequeño fragmento de Wild Child de W.A.S.P, y un corto homenaje a DIO con su Heaven and Hell.
Suerte de la pequeña gran locura de Johnny Rod, que amenizó y divirtió a los allí llegados, pero también dio la sensación de que cada uno iba a lo suyo, cada uno por su lado, eso sí, con una perfecta ejecución, pero entre ellos totalmente distantes y diferenciados.
Raise your Hands to Rock fue la última antes de los bises, que fueron Turn up the Good Times y Have a Good Time.
Durante el show, aunque Paul Shortino estuvo correcto, David Michael-Philips elegante, Carmine Appice preciso… no sentí ninguna conexión entre ellos en ningún momento, la escena fue fría y en ocasiones hasta indiferente, y con esa indiferencia la velada llegó a su fin, una velada de la cual mucho esperaba y a poco me supo.
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