LA LEYENDA OSCURA DE LOS BEATLES
Ya en la antigüedad, una disciplina de la medicina, llamada semiología, estudiaba todo lo relacionado con los signos. Se consideraba el lenguaje como una categoría de signos, o de símbolos, que servían a los hombres para comunicarse. Una disciplina totalmente aplicable a nuestro tiempo y a nuestra música: Si hay un símbolo identificable y comunicativo dentro del heavy, sin ninguna duda, éste es Eddie, la inmortal mascota de los británicos IRON MAIDEN. Decía Juanjo Ordás, en su libro “Deconstrucción” (Ed Milenio, 2014), que Eddie es tan icónico que únicamente puede entenderse como una bandera o un símbolo. Del todo cierto. Con solo ver el rostro de esta especie de zombi punk, que Dereck Riggs creó a finales de los años setenta, con motivo del auge de este movimiento musical en el Reino Unido, ya nos viene a la cabeza la mítica banda creada por el bajista Steve Harris, para muchos, los merecidos abanderados del heavy metal. Eddie es igual a IRON MAIDEN y a la inversa.
Cada tour de la doncella gira en torno a una carátula y a una iconografía, y cada una de las portadas de la banda gira en torno a Eddie. La carátula de un disco es como un cartel; se exhibe con fines noticieros o publicitarios. Es la primera toma de contacto con el nuevo material de un grupo. Supone una comunicación visual, un mensaje expresado gráficamente. La información contenida en una portada se puede presentar de una forma concisa y simple; el ejemplo más reciente es “The Book Of Souls” (2015), facilitando la percepción de ese Eddie aborigen de manera instantánea, o, contrariamente, de manera más compleja; en este caso podríamos citar la carátula de “Somewhere In Time” (1986), con todo un universo futurista de fondo lleno de mensajes… En definitiva, una portada representa muchísimo.
Si no, mirad también a THE BEATLES. ¿Quién les iba a decir que una portada como la de “Sgt. Peepers: Lonely Hearts Club Band” (1967) iba a ser protagonista de tan surrealistas y oscuras leyendas? La carátula de este álbum se ha convertido en una de las más famosas de la historia de la música, no sólo por su composición, sino por el simbolismo que a ésta se le ha otorgado. ¡Auténticas historias para no dormir! Ríase Narciso Ibáñez Serrador. Siempre me han llamado mucho la atención las leyendas urbanas que rodean al universo THE BEATLES, concretamente las que especulan sobre la supuesta muerte del bajista Paul McCartney en accidente de tráfico, en 1966, y de cómo las portadas «demuestran» que así fue. Seguro que vosotros también habréis oído hablar del tema alguna vez.
Si observamos la portada de “Sgt. Peepers”, vemos a los cuatro músicos del grupo vestidos como sargentos, delante de un collage de rostros célebres, entre los que se encuentran Marilyn Monroe, Bob Dylan, Cassius Clay o D.H. Lawrence. A la derecha de los BEATLES, aparecen unas figuras de ellos mismos, más jóvenes, vestidos de traje oscuro, tal como eran antes de la supuesta muerte de Paul. Todo este elenco de personajes se encuentra ante lo que parece ser una tumba abierta, ¿puede ser la tumba de Paul? Por otro lado, sobre la cabeza de Paul, aparece una mano abierta, símbolo de la muerte en algunas religiones orientales. No hay que olvidar que THE BEATLES tuvieron cierta relación con la cultura hindú: George Harrison había viajado a la India por primera vez en 1966 y convenció a sus compañeros para realizar un viaje años más tarde. Y regresando a McCartney, ya en la contraportada, vemos que es el único que está de espaldas a la cámara, lo que significaría otra referencia a la muerte.
Dos años más tarde, se publicó “Abbey Road” (1969), cuya portada volvió a reavivar las especulaciones. En ella, podemos ver cómo los cuatro BEATLES aparecen en fila, como escenificando un cortejo fúnebre. John Lennon va vestido de blanco: es el predicador. Ringo Star va de luto: es el amigo del difunto. George Harrison, a su vez, va vestido con ropa vaquera e informal: es el enterrador. Paul McCartney es el único de los cuatro que va descalzo, camina con los ojos cerrados y su paso está descoordinado respecto al resto de THE BEATLES. En muchas culturas orientales, los difuntos son quemados descalzos, además, el pie cambiado del bajista delata que no pertenece a la procesión, por tanto, se trata del difunto. Se dijo también que el coche negro, aparcado a la derecha de la portada, podría ser un coche fúnebre.
La fotografía de “Abbey Road”, por si fuera poco, esconde detalles aún más sutiles. Hay dos claves que son especialmente importantes y reveladores. Paul McCartney era zurdo, y en la foto está fumando con la mano derecha. Si hacemos caso a la leyenda sobre el supuesto sustituto, William Campbell, sabremos que era diestro, aunque aprendió a tocar el bajo con la mano izquierda para disimular esta “pequeña” diferencia. El otro detalle, es la matrícula del coche blanco aparcado a la izquierda de la imagen, curiosamente un «Beatle”, en la que se puede leer “28 IF”, en castellano algo así como “28 Si”: veintiocho años sería la edad que tendría Paul McCartney en el momento de la publicación del disco, si estuviera vivo.
Todo esto no son más que habladurías y especulaciones, muestra de que la gente se aburre mucho o de la infinita imaginación que el ser humano posee, pero no me diréis que no resultan asombrosas todas esas casualidades y simbologías que suscitan las fotografías. THE BEATLES es uno de los grupos más influyentes de la historia. En su caso, la comunicación visual es inmediata, tanto en las portadas que aquí han aparecido como en la del “White Album” (1968). Una buena muestra de que, sean simples o complejas, las portadas pueden estar llenas de significaciones. La semiótica (la representación de los signos), es un elemento a tener muy en cuenta, porque cualquier signo puede significar otra cosa ausente, concreta o abstracta… ¡Queremos un especial “Cuarto Milenio” sobre THE BEATLES ya! Iker, ¡toma nota!