Rafa de la Torre (LA CIFRA NEGRA): «Antes, la música, al necesitar un soporte físico, tenía un valor añadido, un vínculo afectivo, ahora es algo etéreo»
El pasado mes de septiembre veía la luz ‘Sindrome de Estocolmo’, el disco debut de LA CIFRA NEGRA, una formación compuesta por músicos veteranos. En esta entrevista, de Joss Metalcry, el guitarrista Rafa de la Torre nos pone al corriente sobre la actualidad de la banda y todo lo que la rodea.
La elección de un nombre para la banda siempre es algo complicado, es para toda la vida y tiene que llamar la atención… ¿Por qué el nombre de LA CIFRA NEGRA para este proyecto?
En realidad, de hecho, nuestro nombre era Síndrome de Estocolmo, pero estaba pillado por una banda chilena. Para evitar problemas en las búsquedas de la web decidimos cambiarlo. Barajamos un montón de nombres hasta que, haciendo balance de los gastos de la banda, comenté que estábamos en números rojos, y nuestro primer objetivo es que fueran negros. En esos momentos, a Dani Ortin (batería), se le ocurrió LA CIFRA NEGRA. No es nada de violencia de género, delincuencia ni rollos esotéricos. Es tan fácil como eso, pero nos gustó la ambigüedad del nombre.
Tengo entendido que, antes, la voz principal eras tú y luego entró como cantante Marco Tulio Cruz. Pero, aun así, las últimas canciones «Ausencia» y «Una noche más» son interpretadas por ti. ¿Tienen algo especial este par de canciones y debían ser cantadas por ti?
Sí que son especiales, como también lo es «Ulises», pero las canté yo, porque mi voz se adapta mejor al registro en esos temas que, por otra parte, son de estilo más pop. Con el tiempo, Marco ha aprendido a sentirse cómodo con ellos, y en directo los interpreta él sin problemas.
¿Qué piensas del nuevo formato de venta digital y de plataformas como Spotify?
Creo que con el tiempo acabarán con la nueva música. Antes, la música, al necesitar un soporte físico, tenía un valor añadido, un vínculo afectivo, ahora es algo etéreo. Muchos dicen: «Por lo menos ahora se paga al artista por el soporte digital…». Pero, ¿¿cuánto se paga?? ¡¡Nada y menos!! Al menos, antes, la gente se podía sentir mal por descargar de forma ilegal, pero es que ahora, además, ¡¡el streaming es legal!!
Ya hemos podido disfrutar de vuestro show en directo, pues antes de publicar el álbum disteis unos cuantos conciertos. ¿Qué se puede encontrar el público en una actuación vuestra?
Puede encontrar una banda con muchas ganas de hacer que la gente vibre con nuestra música y los covers. De momento, la interacción con el público es totalmente improvisada, pero Marco ha demostrado que tiene una gran capacidad de echarse el bolo a la espalda, teniendo unas grandes dotes de interpretación.
‘Sindrome de Estocolmo’ es vuestro primer trabajo discográfico, un término utilizado para describir una experiencia psicológica en la cual se desarrolla un vínculo afectivo entre los rehenes y sus captor. ¿Cuál es el motivo que os ha movido a elegir este título?
Está todo en la portada… Tenemos unos captores que coartan nuestra libertad a base de darnos sofá y tele, pero ya nos va bien… Nos hemos hecho colegas de los secuestradores, y al que se queja le llamamos anti sistema y le ponemos una cruz.
¿Qué me puedes explicar de la grabación y producción del disco?
La mayoría del trabajo ha sido en mi home estudio, pero en las sesiones de grabación de baterías y algunas de mezcla que hicimos con Jordi Armengol, en Sia estudios, este me enseñó muchos de sus trucos. Es un tío muy grande.
Ahora me voy a centrar en el dibujo que habéis usado como portada, que ha corrido a cargo del artista Josep Giró y que, además, se estrenó en las redes sociales antes de que saliera el disco a la venta. ¿Cómo explicarías esos dibujos que están mirando la televisión?
Detrás del sofá están los secuestradores… Por un lado está la iglesia, en forma de obispo, que todavía conserva mucho poder, por otro los políticos, la figura central, y por el lado derecho el IBEX 35. Por último los medios, que están representados por la televisión. En el sofá, los dos rehenes, hipnotizados. Es una representación del tema «Estrategia de control».
Eres el compositor principal de las canciones, tanto de la letra como de la música. ¿Qué han aportado tus compañeros?
Mis compañeros han aportado excelentes arreglos, sus propios giros, su interpretación… De hecho, por ejemplo, Marco ha perfeccionado muchas melodías vocales. Por otra parte, para próximos lanzamientos, creo que la composición será bastante más coral.
¿De qué hablan las letras?
De muchas cosas… Del amor y el desamor, del despido, de la depresión, de las modas y los revivals, del sexo casual, del poder, de la hipocresía, del alcoholismo, de hacer trampas, de la amistad perdida, de la crisis… y más.
En casi todas las entrevistas de grupos con material propio saco el tema de las bandas tributo. Evidentemente, vosotros no estáis en contra estas bandas, pues varios de vosotros colaboráis activamente con alguna de ellas. ¿A qué crees que se deben las quejas de algunas bandas?
Es un tema complejo. Las bandas tributo, junto con las plataformas de streaming, creo que acabarán con el rock, por lo menos con los nuevos lanzamientos, pero no es por culpa de ellas. Es un proceso lógico. Las bandas tributo son la respuesta de los músicos profesionales a una demanda del mercado. Se ahorran parte del trabajo, usando la imagen y las canciones de otros, pero tienen que hacerlo lo mejor posible, porque la competencia es enorme. ¿Es respetable? ¡Desde luego! Es lo que el público quiere y ellos tienen que pagar sus facturas. Y, aparte, si hacen bien su trabajo, la gratificación del oyente es instantánea y la suya propia es enorme. Enseguida se crea un vínculo y una complicidad con el espectador, sin pasar por arduos procesos de promoción. Entonces, ¿qué pasa? Que el público apuesta por un valor seguro y el músico también. No hay riesgo ninguno.
No hay experimentación como había antes del boom, y la nueva música muere. Discazos se quedan en los estantes de las tiendas porque al público se le ha dado un caramelo que antes no tenía, y estamos en la era de la comodidad para todo y ante todo. Este hábito de consumo acabará con el rock, sin duda. ¿Pero dónde está el drama? Otra historia vendrá, irrumpirá, y al ser nueva no tendrá bandas tributo, que es lo que pasa ahora con el trap. Pero el problema son los hábitos de consumo. Las bandas tributo son una evolución lógica de un modelo de negocio. Yo mismo he estado y, probablemente, estaré en tributos.
¿Cuáles son los planes para lo queda de 2019 y primeros del 2020?
Promocionar el disco en directo, sobre todo.
Pues hasta aquí ha llegado mi entrevista contigo y no creo que me haya olvidado nada. ¿Algún mensaje para los lectores de Metalcry?
Que apoyen la nueva música en directo, y esperamos veros en alguno de nuestros próximos conciertos.