Recordando el “Pepe Bar” (Bocadillos y Museo del Rock, en Barcelona)
Allá por el año 1995, en una Barcelona transformada por los juegos olímpicos, en el barrio industrial del Poble Nou, con sus calles llenas de trabajadores de factorías en pleno rendimiento, se empezaba a vislumbrar un nuevo movimiento. En sus noches, con bares rockeros y una sala referente en la ciudad como era la Zeleste (actual Razzmatazz), se abría un bar emblemático: el “Pepe Bar”, ubicado en la calle Pamplona 91, en pleno corazón del meollo.
En este bar, antes de ir a presenciar un concierto en la sala que tiene justo delante, como es la Zeleste 2, podías comer sus famosos bocadillos descomunales, sus patatas fritas… tomarte unas cervezas, jugando al futbolín con los colegas… y, cuando se calentaba el ambiente, pedir una ruleta de chupitos y cruzar los dedos para que no te tocara el “Mata osos”; famoso trago por tumbar hasta al más grande.
Todo ello en un local rodeado de guitarras, parches de batería, carteles y discos firmados por infinidad de grupos de rock y metal, ya fueran internacionales; como IN FLAMES, BLIND GUARDIAN… o de aquí; como MÄGO DE OZ, LOQUILLO, entre muchos otros, que fueron a visitarlo durante su existencia. También había fotos dedicas de LOS BEATLES.
Recuerdo también las noches en que tocaba el grupo por excelencia del dueño del “Pepe Bar”, de nombre Jesús (arriba en la imagen). No eran otros que LOS SUAVES, procedentes de tierras gallegas. Después de la actuación en la sala Razzmatazz, sabías que pasarían a tomarse unas cervezas con sus fieles seguidores. Jesús, también estuvo, en su día, en el festival barcelonés “Rock Fest Barcelona”, ofreciendo sus bocadillos y sus patatas fritas a los asiduos de dicho festival, ganándose futuros clientes.
El “Pepe Bar” sobrevivió a las modas y a las maneras de salir de fiesta; como la venta ambulante de cervezas, tan habitual en las noches de Barcelona. El cierre de la Zeleste hizo peligrar el negocio, pero el cambio de nombre y propietario de la sala ayudó al mítico bar a sobrevivir muchos años más.
Después de tantos años, el “Pepe Bar” fue cambiando. Una vez, fui con un par de colegas a recordar aquellos bares que solíamos frecuentar todos los fines de semana; en los que gastábamos nuestro dinero para luego acabar desafinando temas de rock and roll. Vimos que el bar estaba en traspaso, y lo acogió una pareja en el año 2020, cambiándole el nombre por “El peor bar del mundo”; tema del grupo barcelonés SIDONIE. El local mantendría su esencia de museo, pero con grupos que actuarán en los últimos años, no las joyas que pudimos ver muchos y recordaremos por siempre en nuestra memoria.