SWEDEN ROCK 2018 – SÖLVESBORG – 6-7-8-9/06/2018
Sweden Rock sigue creciendo…
Como cada junio, empezamos la temporada de festivales con el Sweden Rock, que ya se va acercando a su 30 cumpleaños. Mucho han cambiado las cosas desde sus inicios, según me cuentan los veteranos, y bastante he percibido yo desde que me estrené en Norje allá por el año 2012. Para los adictos al Sweden Rock Festival sigue siendo el paraíso, comparado con otros eventos europeos más multitudinarios y con los que se organizan en este país, si bien es cierto que esta última edición hemos notado el incremento de aforo a 35.000 personas, así como el cambio de rumbo en el estilo musical, que ya venimos comentando desde hace un par de años.
Sigue siendo un festival cómodo y perfectamente organizado, pero el cartel ya no se diferencia sustancialmente de otros y se ha perdido el aliciente de cierta exclusividad, como ver a RUSH, que llevaba 30 años sin tocar en un festival, a bandas clásicas de AOR, como SURVIVOR, ASIA y TOTO, o a formaciones de hard rock como BAD COMPANY o NIGHT RANGER, que apenas se dejan ver. Este ha sido un año en el que los sonidos más melódicos prácticamente han brillado por su ausencia, con predominio del heavy clásico y cabezas de cartel como IRON MAIDEN, JUDAS PRIEST y OZZY OSBOURNE, acompañado por el guitarrista ZAKK WYLDE.
Comenzábamos la aventura el miércoles 6 de junio por la tarde, que el primer día siempre sirve de calentamiento y tiene menor duración, además de no estar en funcionamiento todos los escenarios. La selección para esta jornada nos parecía a priori un poco floja, aunque metidos en harina la verdad es que luego no paramos demasiado.
Destacaría a dos formaciones suecas, BULLET, que con su heavy old school nos volaron la cabeza, y a HARDCORE SUPERSTAR, que estuvieron sublimes, recargándonos de energía al finalizar el día. En el polo opuesto, BRIAN DOWNEY’S ALIVE AND DANGEROUS, que venían a hacer un tributo de THIN LIZZY, y la AC/DC Jam, que entraron a última hora en sustitución de THE QUILL. Nunca entenderé las bandas tributos en un festival y menos en un país en el que hay más músicos que renos. NOCTURNAL RITES no pudo disfrutar de un sonido en condiciones, CYHRA nos parecieron demasiado edulcorados, F.K.Ü. dieron un buen bolo repartiendo cera a base de bien y THE QUIREBOYS tuvieron un día afortunado, que ya sabemos que nos toca estar a merced del estado de embriaguez de SPIKE, su vocalista, y en esta ocasión pudimos gozar de un concierto bastante bueno.
La segunda jornada la afrontábamos con un calor veraniego digno de la costa levantina, por lo que nos dimos un paseo hasta la cercana playa, que no todo va a ser rockear y había que airearse para el día, que se presentaba cargadito. Empezábamos el jueves festivalero con CRAZY LIXX y ya fue un no parar, con coincidencias de las que hacen daño, ciertas decisiones que tomar y algunos medios conciertos para no dejar sin ver, aunque fuera un rato, a quienes nos interesaban. Así DARK TRANQUILITY lo compartimos con BATTLE BEAST, aunque más nos valía no habernos movido del sitio, que los finlandeses, con NOORA a la cabeza, cada vez están más poperos y discotequeros. Los triunfadores absolutos del día fueron IRON MAIDEN, con una puesta en escena espectacular, un sonido estratosférico y Bruce Dickinson en plena forma física y vocal.
El día nos ofreció mucho y bueno, como GLENN HUGHES, que con su repertorio de DEEP PURPLE estuvo inmenso, KREATOR, que dieron un bolazo y lucieron un montaje de lo más vistoso, y los australianos ROSE TATTOO, que nos hicieron bailar y nos sorprendieron gratamente a golpe de guitarra, y es que les teníamos ganas pero muchas veces no es bueno tener las expectativas tan altas. Me gustaría poder decir lo mismo de NAZARETH, que me dejaron fría, o de HELLOWEEN, que además de tener un sonido bastante flojo tuve que verlos a lo lejos pues con tanta gente había que elegir entre ver bien a los germanos o a la Doncella de Hierro. De BUCKCHERRY no esperaba nada y me ofrecieron menos todavía, gracias a su cantante, que no consiguió colocar una nota en su sitio. En definitiva, un día variado con bastante de cal y algo de arena.
El viernes lo empezábamos con una buena dosis de hard rock de la mano de JUNKYARD DRIVE, que nos despertaban contagiándonos de buen rollo. Reconozco que siempre disfruto más de los primeros conciertos de la mañana y el clima soleado los hacía más apetecibles todavía, así que en este sentido no resulta difícil que una banda me cautive a estas horas, pero debo reconocer que aun gustándome los daneses, es probable que los haya olvidado en menos de un mes.
El resto de la jornada hubo un poco de todo y repasando mentalmente los conciertos, me atrevo a decir que no fue el mejor día. OZZY estuvo en su línea, destrozando los temas, despertando simpatía y más andarín que de costumbre, mientras ZAKK WYLDE hizo lo que pudo por levantar el concierto y entretenernos mientras el vocalista tomaba aire. A pesar de todo, un subidón tremendo al escuchar “Mr. Crowley”, “I don’t Know”, “Shot in the Dark”, “Crazy Train” o “No More Tears” y sorpresa con un par de himnos de BLACK SABBATH con los que no contaba.
VIXEN no estuvieron mal pero tampoco brillaron como en otras ocasiones, aunque siempre es un lujo escuchar en directo “Love is a Killer”. Mr. Atkins anda justito de voz, pero estuvo entregadísimo bajo un sol de justicia y consiguió que nos deleitáramos con PRETTY MAIDS a la hora del aperitivo. El guitarrista BERNIE TORMÉ ofreció un show de rock con ciertos toques blueseros y algún guiño al punk, resultando de lo más animado del día y poniendo patas arriba la carpa.
Era difícil elegir entre la diversión de TURBONEGRO y la clase de URIAH HEEP, así que vimos un poco de cada, entreteniéndonos ambos, que estuvieron en su línea, pero sin llegar a cautivarnos como otras veces. INGLORIOUS nos gustaron pero los he visto tanto últimamente y hay tantas bandas similares, que ya no me fascinan… y curiosamente los que más me despertaron mi admiración fueron DARK FUNERAL, que aguantaron estoicamente el cuero y los fuegos en plena sobremesa, sin derramar ni un chorretón de maquillaje.
El festival iba llegando a su fin y nos reservaba un sábado de lo más interesante. Siempre me ha parecido que es el día que más tranquilos están los suecos, por lo que acaba siendo una buena jornada para disfrutar sin agobios de los conciertos. Así comenzamos con THE NEW ROSES, que con un hard rock de calidad tuvieron el mérito de despertar al personal de buena mañana mientras coreábamos gran parte de los temas.
A lo largo de este último día macarreamos con el sleaze de CRASHDÏET, que nos contagiaron de la fresca vitalidad de la juventud, tuvimos una pequeña dosis de rock sureño de la mano de DOC HOLLIDAY, gozamos con el progresivo de nivel de CIRCUS MAXIMUS, tarareamos los hits de SLADE, nos hipnotizamos con PRIMORDIAL, contemplamos con cuántos seguidores cuenta LACUNA COIL, nos tomamos una cerveza bien fría mientras veíamos tranquilamente a STRATOVARIUS y nos aburrimos hasta la saciedad con YES (feat. ARW). Dos parecían las promesas del sábado y dos fueron los desencantos. Poder ver a los YES de Jon Anderson, con dos miembros clásicos de la banda, el guitarrista Trevor Rabin y el teclista Rick Wakeman, era una oferta difícil de rechazar, así que tomamos posiciones junto a los más “jóvenes” del lugar. Es evidente la calidad musical de la formación, pero el progresivo se convirtió en abrasivo y acabamos abandonando el Festival Stage. Grande fue también la desilusión con STEELHEART, donde tuvimos que soportar parones de ritmo constantes y hasta un solo interminable de batería. Michael Matijevic estaba perfecto de voz, pero su egocentrismo tiró abajo una actuación que esperábamos con los brazos abiertos y que a más de uno decepcionó.
Afortunadamente, uno de los platos fuertes del Sweden Rock también lo degustábamos este día. JUDAS PRIEST demostraron que son capaces de reponerse a las dificultades y que, a pesar de los años de la banda, pueden seguir reinventándose como han venido haciendo a lo largo de toda su historia. Su último disco es un trallazo y así pudimos comprobar qué bien suenan en directo “Firepower”, “Lightning Strike” y “Rising from Ruins”, que intercalaron con clásicos como “The Ripper”, “Turbo Lover” o “You’ve Got Another Thing Comin’” y algunos himnos como “Hell Bent for Leather” o “Painkiller”. Rob Halford estuvo fantástico, con alguna ayuda en las voces, pero eso no es nada nuevo, y más dinámico que en las últimas ocasiones. El guitarrista Richie Faulkner lleva gran parte del peso de la banda y ha adquirido muchísimo protagonismo, pero sin duda el momento mágico fue cuando salió Glenn Tipton a acompañarles en los tres últimos temas. Se le echó mucho de menos en la actuación y personalmente me resultó duro ver el bajón físico que ha pegado, pero maravilloso poder verlo en “Metal Gods”, “Breaking the Law” y “Living after Midnight”, con las que todos enloquecimos. Una vez más demostraron quiénes son los Dioses del Metal. Después de tal descarga de adrenalina solo nos quedaban fuerzas para ver un par de temas de BACKYARD BABIES y despedirnos del paraíso con la esperanza de volver el año que viene.
Texto y Fotos: Leticia RC y Dani Diez