THE METAL FACTORY FESTIVAL – SALA CARACOL, MADRID – 14/09/2012
Tendencia, calidad y futuro
El metal contemporáneo está viviendo sin duda momentos de explosión y expansión en nuestro país. Solo había que echar un vistazo al cartel de este festival salido de las entrañas de los estudios THE METAL FACTORY de Alex Cappa y que dio comienzo, en su primera edición, el pasado 14 de Septiembre de 2012 en la madrileña Sala Caracol con la presencia de AGAINST THE WAVES, LEFT IN THE WAKE, SILENT HAVOC, THIRTEEN BLED PROMISES e INBRED.
Es la música del momento, metalcore, hardcore, metal alternativo… todos ellos han encontrado en los estudios de Cappa un lugar donde dar lustre y visión internacional a un surgimiento brutal de bandas de gran calidad y que, aunque quizás lleguen a saturar la escena, por el momento nos están dando mucha esperanza a aquellos que creemos en el potencial del metal de nuestro país de puertas hacia fuera.
Con esta idea en la cabeza, y sabiendo que bajo el respaldo de Sobry Music la calidad del festival y su sonido estaba totalmente asegurada, llegamos el viernes a la Sala Caracol tras salvar los impedimentos clásicos de aparcamiento de la zona y acceder al recinto cuando el concierto de los jovencísimos AGAINST THE WAVES daba comienzo.
La sala por aquellos momentos registraba una tímida entrada que finalmente se quedaría en un buen registro para ser una noche en la que no contábamos con ningún cabeza de cartel de masas, por decirlo de alguna forma, y que finalmente podríamos definir como una noche de muy buen ambiente, donde gran parte del público se entregó para cubrir con movimiento, con walls of death, con circle pits y todos los rituales clásicos del estilo, la ausencia de un número mayor de público.
La presencia de AGAINST THE WAVES, con el añadido de que los samplers y sintetizadores de Dani Dj ofrecen una gran amplitud sonora a la música de la banda, estuvo continuamente llena de energía y entrega. Toda la banda defendió a muerte tanto su primer EP “Spotlights and Papers” como su más reciente trabajo discográfico grabado precisamente en los estudios de Cappa bajo el nombre de “The Golden Hive”. De él destacaron, dado que eran cortes que ya el público conocía ligeramente, el nuevo single “Ecotone”, sin duda uno de los momentos más intensos del concierto de los madrileños donde alternan velocidad con screamings y coros melódicos, y la versión de PLACEBO “The Bitter End”, evidentemente más intensa y agresiva, pero manteniendo su característica melodía a base del apoyo en los sintetizadores de Dani.
Como veis, la rotura de hielo por parte de AGAINST THE WAVES fue satisfactoria, aunque en el plano negativo debo decir que no fue una de las actuaciones más impactantes de la noche. Por el contrario, humildemente interpreto que a la banda aún la resta ago de rodaje y eso es algo que pudimos observar en muchos de los ataques de guitarra que sus hachas nos ofrecieron durante el concierto. En exceso concentrados en su instrumento y no excesivamente acertados en muchos de ellos, considero que áun están por encontrar la forma necesaria para dar el paso adelante que debe brindarles su nuevo disco.
Tras un descanso de un cuarto de hora el telón de la Sala Caracol volvió a abrirse para dar paso, en esta ocasión a LEFT IN THE WAKE, de nuevo una banda realmente joven que comienza con fuerza en el mundillo del metal alternativo y que data de 2010 contando ya con un primer EP y un disco que actualmente se está cocinando en los estudios protagonistas de la noche.
La salida del quinteto liderado por la hipnótica imagen de Damon Lee, enfundado en ese aspecto con el que parece que va a salir a hacer footing en cualquier momento, fue absolutamente arrolladora. Su presencia en el escenario fue una auténtica locura en todo momento y supieron bordar una actuación que estuvo más allá de imprecisiones técnicas ya que se centró básicamente en provocar, a través de cortes como “Size 10 defeat” o “Make or Break”, la diversión y el movimiento entre un público que poco a poco comenzaba a calentar motores y a expresarse con intensidad y desenfreno, con toda esa clase de movimientos gesticulares exagerados que son habituales en el estilo.
LEFT IN THE WAKE completaron un gran concierto en el que no pararon de saltar y transmitir buena energía, acabando así con “A toast to the past” y dejando un gran sabor de boca entre todos los asistentes al festival.
Para cuando salieron a escena SILENT HAVOC, con su nuevo disco “Tides” bajo el brazo y habiendo editado recientemente su último videoclip para el tema “This night we rise”, el público de la Sala Caracol, que en esos momentos registraba la mayor afluencia de toda la noche, ya estaba calentito y con ganas de otra ración de tralla que vendría de la mano de una banda que se encuentra por momentos más y más en forma.
Su salida, tras la intro de turno, fue fulgurante y atronadora. “Suspension of Disbelief” puso a todo el mundo alerta de las ganas con las que los madrileños se habían subido a las tablas desde el primer momento, aprovechando su vocalista la presencia de un cajón a pie de micro para subirse sobre el mismo y destacar en sus ácidos ataques al micro tema tras tema.
La actuación de SILENT HAVOC se caracterizó, sobre todo, por su velocidad y su frenesí. Rápidamente nos presentaron su nuevo single “This night we rise”, muy celebrado por gran parte del respetable y tras los repetidos agradecimientos tanto al público presente como a los organizadores del evento, SILENT HAVOC continuaron en linea recta a través de su concierto y cortes como “Poison for the fairies” e “Into the mistral”, dando protagonismo tanto a su anterior EP como a su flamante nuevo trabajo “Tides”.
Buena presencia, capacidad de mantener la intensidad y de nuevo un gran sonido fueron las características más destacables de una gran actuación en la que toda la banda al completo estuvo siempre bien posicionada sobre el escenario, ofreciendo poses, movimiento y espectáculo a través de cortes que, por otro lado, me parecieron adolecer de algo de linealidad estructural a lo largo del show. “The lyre of Terpsichore”, “Poseidon” y “A lamb for the wolves” pusieron el punto final a un concierto cuya guinda fue el agresivo y rápido, pero también melódico, “The Ocean is our land”.
Y si el concierto de SILENT HAVOC fue veloz lo que se nos venía encima tras ellos fue una auténtica brutalidad y un viaje a los rincones del deathcore más descarnado y brutal por parte de THIRTEEN BLED PROMISES, con quienes no obstante tuvimos una ración de humor protagonizada por la indumentaria del vocalista de la banda, Turri, quien sería a nuestros ojos durante todo el concierto un tercio andante, así como el vikingo guitarrista que le acompañaría durante el inicio con “Who Killed Troy Mclure”.
Tras ello “Cannibal Childhood”, “Five Levels of Doom” e “Immortal’s Tomb” dieron buena cuenta del potencial de este quinteto que ya cuenta con dos trabajos en su haber y que salieron dispuestos a no dejar títere con cabeza para convencer al respetable de que en este país también se hace brutal deathcore de calidad y con todos los clichés y dinámicas del estilo más que interiorizadas y aprendidas de cara al futuro.
A mitad de concierto la banda nos presentó su último single, con el que han editado un comic especialmente pensado para ser leido mientras se escucha el tema, de nombre Деньги.
Debo decir que, a pesar de parecerme una anécdota realmente graciosa la indumentaria de Turri, creo que no debería ser la protagonista de todo un concierto y no hubiera estado del todo mal que el vocalista se desprendiese del traje en cuestión. Es probable que muchos consideren este comentario fuera de lugar, pero soy de los que piensan en un espectáculo sobre un escenario como un todo y el hecho de que el vocalista de una banda salga vestido de botellín, a parte de ser todo un puntazo y de decir mucho de la actitud del grupo con respecto a su público, no deja de generar quizás un exceso de atención que debería durar lo justo y necesario. Es decir, los suficiente para remarcar la anécdota y poder ver a la banda al completo en su más pura esencia.
Más allá de todo ello, y mientras se sucedían temas como “One Semester of Spanish death song”, de su último trabajo “Heliopause Fleets” o “The truth is out here”, THIRTEEN BLED PROMISES repartieron contundencia a diestro y siniestro y el final con “Please, Keep your bones inside” nos llevó a los lugares más profundos y extremos del deathcore más decadente y brutal.
El final de la noche vendría de la mano de los ya más experimentados INBRED, quienes, a pesar de lo cual, no tendrían una de las mejores actuaciones de la noche ya que fue una de esas que se encuentra plagadas de detalles fuera del control de la propia banda que van mellando poco a poco la actuación y haciendo que finalmente todo el grupo se muestre intranquilo, precipitado y quizás algo descentrado en su objetivo inicial.
El quinteto inició su show rememorando su anterior trabajo “With tired arms, tired eyes, tired souls”, a través del tema “Abrahel is behind me” aunque pronto atacó con su último y más celebrado trabajo “The tomb” gracias a “Venial Sin” y “Nemesis II”, tras la cual vinieron los inevitables y necesarios agradecimientos de la banda ya no solo a la organización del festival, sino también al resto de bandas que habían formado parte de esta primera noche de viernes.
La actitud de INBRED fue intachable, el sonido de nuevo con momento realmente remarcables como su potente “Under a sky of Thorns”, y la banda al completo no paró ni un solo momento de moverse por todo el escenario a pesar de encontrarse tristemente ante una audiencia algo más reducida que en el anterior show, dado que muchos de los asistentes decidieron, tras THIRTEEN BLED PROMISES, que ya habían tenido suficiente ración de metalcore.
Quizás fue esto, aunque lo dudo, o quizás fueron ciertos problemas a la batería los que fueron minando la actuación del grupo a través de otros cortes como “Season of the Fog”, “Blood river”, de su último disco, o “The serpent circle” y los que hicieron que tanto “The Warmth of Darkness” viera acortada drásticamente su duración o que tras su último y más antiguo tema “The Tempest” la banda abandonara el escenario de forma precipitada y veloz, sin casi tiempo para despedirse de la audiencia que aún permanecía atenta a su show en la sala.
En definitiva, una noche que, tal y como están las cosas actualmente con respecto a la asistencia a los conciertos, y más teniendo en cuenta que nos encontrabamos ante un plantel de bandas que aún se encuentran sembrando los frutos que deben dar su fruto más adelante, no podemos sino calificar de exitosa. Sobre todo pudimos disfrutar de cinco conciertos brutales, todos ellos enmarcados en un estilo que comienza a acusar cierta saturación de bandas pero que, por otro lado, es uno de los más demandados en la actualidad. Y lo más importante de todo, saturado o no, una noche que nos entregó calidad y cosas bien hechas, algo que es la base de cualquier éxito en el futuro. Y al día siguiente nos esperaba otra nueva ración…