THE WINERY DOGS + THE SIXXIS – SALA JOY ESLAVA, MADRID – 22/09/2013
Debut en los altares de la excelencia
Por mucho que le de vueltas no se me ocurre una mejor manera de cerrar una productiva semana de conciertos con la asistencia a la que para un servidor era una de las citas más importantes de la nueva temporada de conciertos de este 2013. Tres maestros de sus respectivos instrumentos unidos bajo una nueva formación que, por muy reciente que sea, suena y huele a clásico por todos los costados, THE WINERY DOGS.
La expectación el domingo 22 de Septiembre en Madrid era máxima y mucho antes de que se abrieran las puertas ya esperaba una importante cola de gente que conseguiría abarrotar la resultona y pintoresca sala Joy Eslava, un recinto que todas las bandas que tienen el honor de pisar alaban por su imagen teatral y su doble anfiteatro.
Pero antes de que Portnoy, Sheehan y Kotzen nos hipnotizaran con su maestría y su buen hacer, tendríamos, como añadido a una completa noche de hard rock y rock progresivo, la actuación de los norteamericanos THE SIXXIS, a quienes personalmente un servidor no conocía pero que, a través de una actuación que se extendió alrededor de los 45 minutos, consiguieron demostrarme cuales eran sus armas.
Defendiendo el que hasta ahora es su primer y único disco, de título igual al nombre de la banda, el quintento norteamericano desplegaron un más que interesante y equilibrado show de rock progresivo con raíces eminentemente setenteras y mucha energía en su interpretación, a pesar de que el público se mostrara frío durante los primeros compases del show dado el desconocimiento general del respetable.
Destacaría el liderazdo de su guitarrista Vladdy Ishkakov, así como la energía de su batería Josh Baker o la voz de Paul Sorah a pesar de estar en todo momento en un relativo segundo plano, mientras que en el aspecto global la banda fue de menos a más en su actuación, consiguiendo finalmente cierto movimiento entre el público madrileño y conquistando con una técnica y una sapiencia digna del alto nivel de exigencia que solicitaba el público de esa noche.
Reminisencias a bandas como Rush, con toques de mayor intensidad y energía , los progresivos Kings X o Alice In Chains se pudieron atrapar durante la actuación de unos THE SIXXIS que no parecen renunciar a los extremos y pasar de la actitud más jazzy a los momentos más heavys en lo que a las guitarras se refiere. Sin duda un gran descubrimiento al que seguir la pista y un buen aperitivo para el festín de rock con clase que nos daríamos a continuación.
Solo unos pocos privilegiados pueden permitirse el lujo de juntarse un día, sacar un disco y al poco tiempo después girar por todo el mundo abarrotando y encandilando al personal con la impresión de que te encuentras ante una actuación plagada de temas clásicos, de canciones que nadie diría que conforman todo un disco de debut que THE WINERY DOGS desgranaron al completo en una actuación que solo podemos calificar de mágica e impecable.
El concierto comenzó sin ningún tipo de intro, con un Mike Portnoy subido a su batería y comenzando con la enérgica e hipnótica “Elevate” con la que la sala al completo se rendiría a los pies de un trío que, lejos de centrarse en sus capacidades individuales como músicos, que son muchas e indiscutiblemente soberbias, desarrollaría un show de banda, un show compenetrado y tremendamente disfrutado, a su manera, por cada uno de los miembros.
Por un lado tendríamos al siempre incansable Mike Portnoy, que no desaprovecha una buena oportunidad para levantarse de su asiento y desafiar a las primeras filas del show, todo y cuando este estilo más rockero y menos complejo de lo que le solemos ver habitualmente le permitía estar más suelto y mucho más pendiente, si cabe, de que la gente disfrutara de lo lindo de la exclusiva presencia de THE WINERY DOGS en Madrid.
Y si de carisma hablamos al citar al batería neoyorquino, no menos magnética es la presencia del alto y eléctrico Billy Sheehan al bajo, siempre dispuesto a moverse, a desprender intensidad y empatía con su público, todo un derroche de simpatía y maestría a partes iguales durante todo el show.
Finalmente, rematando este mágico trío, el que para un servidor es el que probablemente sea el guitarrista que mejor canta y el vocalista que mejor toca la guitarra del mundo, un Richie Kotzen cuya falta de empatía con el público y su relativa y estática frialdad se compensa con creces con la perfección de su interpretación y la sensibilidad que transmite con cada nota y cada tema.
Por supuesto tanta calidad puesta en conjunción tiene que desembocar puntual y periódicamente en grandes virguerías, momentos más progresivos e incluso algún que otro solo, en este caso protagonizado principalmente por un Billy Sheehan cuyo manejo de las cuatro cuerdas consiguió llevarse un más que sonoro aplauso al final de su intervención en solitario.
Por lo demás THE WINERY DOGS destacaron por su perfecto funcionamiento como trío, un trío que se fue llevando una obvación tras otra, desde la intensidad romántica de “You saved me” o la versión acústica del “Stand” de POISON, al ritmo desatado del popular “Shine” de MR. BIG, las celebradas palmas del “You Can’t save me” de RICHIE KOTZEN o el tremendo final que nos brindaron con “I’m no angel”, “The Dying”, con un tremendo vozarrón y un gran solo de guitarra de Kotzen” o el coreado “Desire” con el que THE WINERY DOGS pusieron punto final a una de esas noches que permanece en la retina por mucho tiempo, todo y cuando uno no sabe cuando se alinearán de nuevo los astros para que un trío con semejantes agendas de trabajo vuelva a juntarse para encandilar nuestros oídos y saciar nuestras ansias de excelencia rockera.
SETLIST:
01. Elevate
02. Criminal
03. We Are One
04. One More Time
05. Time Machine
06. Damaged
07. Six Feet Deeper
08. The Other Side
09. You Saved Me
10. Not Hopeless
11. Stand (Poison)
12. You Can’t Save Me (Richie Kotzen)
13. Shine (Mr. Big)
14. I’m No Angel
15. The Dying
16. Regret
17. Fooled Around And Fell In Love (Elvin Bishop)
18. Desire