Los Sapo dan su primer salto – KING SAPO, Sala El Sol, Madrid, 28/11/2018
Con una expectación inusitada para un grupo que no tiene aún disco en la calle, se presentaba KING SAPO en Madrid, o como algunos los empiezan ya a llamar los Sapo. La respuesta fue más que positiva, más aún si le añadimos que se trataba de un martes laborable a las ocho de la tarde. Profusión de medios especializados y un público ávido de escuchar a estos músicos de los que apenas habíamos podido oír cuatro canciones en las redes. Desde Metalcry siempre estamos al acecho de todo lo que se cuece en la escena y que nuestros lectores estén a la última de aquello que merece realmente la pena, por eso hemos estado ahí desde el minuto cero que supimos de este proyecto, sin perderles la pista, haciéndoles su primera entrevista y, claro, no podíamos faltar a esta cita ineludible.
Asomaban a la platea con los típicos nervios de la primera vez (aunque ninguno de los sapo sea novato en esta lides), pero con un público entregado desde el principio todo es más fácil. “Niño Gurú” fue la elegida para arrancar, perfecta para romper el hielo. Este tipo de formación con tres instrumentos, con una sola guitarra, encaja perfectamente para el rock noventero que hacen con esos pasajes psicodélicos, el bajo de Jose Alberto Solís sonando hipnótico y con mucha presencia, y si tienes a un tipo como Andrés Duende a la eléctrica, apuesta segura. Ovación y alguno veo pellizcándose por si está soñando.
“Super Psycho” era la primera vez que la oíamos y nos sumió en una jam que nos dio una buena idea del nivel que puede dar la química que tienen estos tíos entre ellos. Jesús Trujillo ya liberado de ataduras soltándose a cantar en falsete. Tremendos. Con “Insomnios” nos mostraban otra faceta más de su espectro musical, con la melodía y el sonido acústico tomando su cuota de protagonismo cuando Jesús se anima a colgarse la guitarra. El público apenas parpadeaba, las cotorras hoy se quedaron en casa, no se podía perder detalle cuando estás oyendo temas como “Libre” por primera vez.
Y llegaba “Hombre Humo” y con ella nos desvelaban por fin de donde viene eso de “¡Hay sardi fresqui!”. Bromas aparte, la canción sonó mortal con Javier Planelles desatado a la batería. El resto impulsados por esa energía haciendo subir la temperatura de la sala. Dos temas más de estreno de los que destacaría “Hablando con árboles” daban paso a un final por todo lo alto con la esperada “Afrodita Blues”, y para que os hagáis una idea, este plumilla que os escribe fue la primera vez que miró el reloj, para comprobar que el tiempo es relativo, y que aquello que había parecido un suspiro aún le quedaban unos siete minutos con uno de sus mejores y más psicotrópicos temas. Nadie se movía de allí, así que salieron de nuevo para repetir “Niño Gurú”. Y todos la volvieron a disfrutar, claro.
A veces es necesario ver morir una banda que te gusta para poder ser testigo del nacimiento de un proyecto totalmente genuino y que promete, por lo visto en este concierto de presentación, mucho.