SAND ROCK FEST 2014, RECINTO SANDDANCE – LLORET DE MAR (GIRONA) – 23/08/2014
Lo que pudo ser y no fue…
Y no porque la organización no hiciera todo lo posible para que el SAND ROCK FEST se convirtiera en todo un éxito; contratando desde seguridad, servicio de barras, guardarropa… hasta camerinos prefabricados y duchas exteriores, para que los usuarios de la piscina se pudieran quitar el cloro o incluso asearse. Más bien la culpa la tuvo el tiempo, que se encargó de importunar las pruebas de sonido del día anterior, y nos tuvo en vilo durante todo el sábado, con sus negros nubarrones acechando sobre el bonito recinto Sanddance. Un sports-pool club ideal para celebrar este tipo de acontecimientos al aire libre, aunque poco acostumbrado debe estar a ver pasear por allí a los devotos del buen heavy metal.
Aitor Piedrafita, Agnés y Alfredo Piedrafita
Seguramente, habréis visto alguna vez programas del tipo “Callejeros Viajeros”, de esos en que los reporteros viajan a Mykonos, por ejemplo, y filman fiestas en que todos van puestos hasta las cejas, en bañador, y bailando al lado de una piscina… pues bien, eso imaginaba yo encontrarme en Lloret de Mar, pero en versión heavy metal, y con gente puesta, pero de buena música en directo. Sin embargo, como decía, la amenaza de lluvia lo echó todo al traste. Algún valiente se atrevió a sumergirse en la piscina, durante las primeras horas de festival, pero una vez entrada la tarde, la pobre deslucía desolada. A su alrededor, césped artificial con sofás y parasoles, tipo chillout, para que los metaleros pudieran descansar sin dejar de disfrutar de los conciertos, ya que la explanada del escenario se encontraba a escasos metros, y más arriba, unos toldos habilitados por si el sol hiciera de las suyas. Por desgracia, poco se dejó ver por allí el astro luminoso, que aún y con su ausencia resultó más protagonista que los propios músicos.
MORPHIUM al completo
Resignados, los grupos, no tuvieron más remedio que salir a tocar, arriesgándose a “plegar velas” en cualquier momento, y ofrecer su propuesta ante un escaso público. Cómo se suele decir: éramos pocos pero bien avenidos. Todo aquél que se acercó al SAND ROCK FEST, apoyó a las bandas con entrega, y bien que ellas lo supieron agradecer. Desde bandas tributo a RAMONES, QUEEN o BLACK SABBATH, al acústico de Agnés (LILITH) y Alfredo Piedrafita (BARRICADA), acompañados ambos por el hijo del guitarra; Aitor, pasando por la buena descarga de los valencianos PROMETHEUS, que se despidieron con todo un “Resistiré” de nuestros BARÓN ROJO, seguidos del death metal melódico de MORPHIUM, o del punk rock de LILITH, que se atrevieron con el “¿Por Qué Te Vas?”, de Jeanette, y nos regalaron el nuevo tema “Payaso”, hasta desembocar en el metal contundente, cantado en catalán, de LOS GUARDIANS DEL PONT (LGP), que venían a presentar su flamante “Sancta Sanctorum” y, de paso, a dedicarnos algunos temas de los añorados SANGTRAÏT.
Agnés al frente de LILITH
Todos ellos se dejaron la piel, a pesar de las inclemencias del tiempo y de los palos en las ruedas. ¿A quién se le ocurre colocar un medidor de decibelios en la mesa de sonido? Pues sí, señores, a los “amigos” del ayuntamiento. Para asegurarse así de que no se sobrepasaran los ochenta decibelios, no vaya a ser que los vecinos se quejen. Y por si acaso, a terminar a las 22:30 h, media hora antes de lo acordado, obligando a LGP a recortar repertorio. Parece ser que también prohibieron hacer propaganda del festival, por miedo a que las demás entidades de la localidad se enterasen y quisieran disponer también de las instalaciones para hacer sus fiestas, según me explicaron. Algo que no entiendo, la verdad.
Quim Mandado, Martín Rodríguez y Joan Cardoner (LGP)
En fin, sea como fuere, la primera edición del SAND ROCK FEST se llevó a cabo, con una temperatura más propia del otoño que del verano, y con una serie de inconvenientes que nos hacen pensar de nuevo en que el heavy metal continúa estando muy mal visto e incomprendido a día de hoy. De ahí que nos pongan tantas trabas al organizar un festival que se las prometía tan felices como el SAND ROCK FEST. A pesar de todo, yo creo que los asistentes se lo pasaron en grande, casi o más que el speaker, Oskar Jiménez, que animaba a las bandas a tocarse otra mientras presentaba al siguiente grupo. El año que viene, más y mejor. O al menos eso esperamos, ¡Larga vida al Rock n’ Roll y a las iniciativas de este tipo!