STEVEN WILSON – LA RIVIERA, MADRID – 16/09/2015
Nueva temporada de conciertos tras los festivales veraniegos y arrancando con el que posiblemente sea el evento más especial y que con más ganas esperaba en estos últimos meses de 2015. El genio británico, el músico más relevante de la escena progresiva actual, el siempre interesante Steven Wilson llegaba a la capital para presentar su flamante “Hand.Cannot.Erase”.
Antes del concierto pudimos charlar unos minutos con él y ya nos lo advertía: “es posiblemente el concierto más visual que he preparado nunca”. Y no me sorprendió que lo dijera ni que lo fuera, a tenor del excelente apartado artístico que rodea su último lanzamiento. La cola frente a La Riviera comenzó a formarse desde el medio día y llegada la hora de abrir puertas ya se adivinada una entrada más que saludable.
Una vez dentro y con las luces apagadas comienza la proyección de un vídeo. No es algo raro en un concierto de Steven Wilson ni mucho menos. El vídeo conceptual va dando entrada poco a poco a “First Regret”, primer tema de “Hand.Cannot.Erase” y el encargado de abrir el show. Siendo este último disco una pieza conceptual y habiéndose trabajado en todo momento como un conjunto completo, cuidando cada detalle del artwork, la literatura del disco, etc., era de esperar que el músico británico quisiera ofrecernos toda la obra en directo, acompañada por un constante apoyo visual. Así, a “First Regret” y su vídeo le siguió “3 Years Older” con una nueva proyección, y seguidamente pudimos disfrutar de las más ligeras “Hand.Cannot.Erase” (que gana potencia en directo) y del conocido single “Perfect Life”, amado y odiado a partes iguales, pero que resultó verdaderamente intenso e interesante en directo.
No obstante la primera parte de este concierto tuvo, para mi, unos protagonistas muy claros que llegarían en los próximos temas. Steven Wilson estuvo bastante comunicativo con el público y con ello nos anunció la interpretación de uno de los mejores temas de “Hand.Cannot.Erase”, recordando su tradición de no hacer música de trasfondo feliz. Llegaba el momento de “Routine”, acompañada de un excelente y emotivo vídeo animado, creando un conjunto muy bueno, a pesar de que se echara de menos la voz femenina en directo.
En punto y seguido le llega el turno a “Index”, una de las joyas de aquel majestuoso “Grace For Drowning”, interpretada en una interesante versión, más orgánica y con mayor carga ambiental. Fue uno de los momentos álgidos del concierto, con el tema ganando intensidad con cada nuevo segundo y el público completamente entregado a una excelente puesta en escena.
La atmósfera que se crea en un concierto de Steven Wilson es algo muy especial, que te separa durante su duración del mundo exterior encerrándote en otro diferente en el que la música es el motor de todo. Sumergidos en esta atmósfera recuperamos el camino de “Hand.Cannot.Erase” con los temas “Home Invasion” (muy esperado y celebrado) y “Regret #9”. Fue de esta fase del concierto en adelante cuando más noté la ausencia del genial Guthrie Govan en la guitarra. Su sustituto es un gran guitarrista, técnicamente impecable, pero no tiene el gusto de Govan, no transmite las mismas sensaciones.
El siguiente tema es todo un clásico y parece inamovible del setlist del británico: se trata del conocido original de PORCUPINE TREE “Lazarus”, un tema muy apreciado y esperado por todos los fans de Steven Wilson, aunque no falta quien reclama más variedad del catálogo de PT, aunque eso implicara eliminar esta del setlist. Fue una gran interpretación y dio paso a, como el propio Wilson dijo, uno de sus temas favoritos de “Insurgentes”, la reconocible y siempre agradable “Harmony Korine”, un testimonio muy claro de la capacidad creativa de este genio.
Tras ella llegaba el momento de afrontar la recta final de “Hand.Cannot.Erase”, comenzando por la extensa y sobresaliente “Ancestral”, mi tema favorito en este nuevo disco y uno de mis momentos preferidos durante este concierto, una demostración de clase, identidad e intensidad sobre el escenario. Lástima que el magistral solo de este tema no terminase de llegar a la excelencia (repito, la baja de Govan fue sensible, no tanto el recambio en la batería). Sin tregua, “Happy Returns” y “Ancendants Here On…” pusieron el punto y final a “Hand.Cannot.Erase” y a la primera parte del show, dejando muy buenas sensaciones.
Tras un breve descanso, cayó el telón traslúcido, se proyectaron unas imágenes sobre él y con extractos de “Temporal” de BASS COMMUNION como intro, le llegó el turno de sonar al que para mí es el mejor tema de “The Raven That Refused To Sing” y uno de los mejores en la carrera de Steven Wilson, la fantástica “The Watchmaker”. Fue uno de los mejores momentos del concierto y dio paso a un tramo final de la actuación realmente intenso y más impredecible.
“Sleep Together” fue una de las mejor recibidas de la noche y con “The Sound Of Muzak” tuvimos una nueva muestra de la variedad y la clase que Steven Wilson y su banda son capaces de deplegar sobre el escenario. El final de la noche fue para una agradable y celebrada “Open Car” y para la intensa “The Raven That Refused To Sing”, que supuso un cierre realmente excepcional para el concierto.
Haciendo balance, creo que La Riviera no hizo justicia al concierto de Steven Wilson. Contrastando opiniones entre los asistentes, resulta evidente que el sonido era irregular y, dependiendo de dónde te encontrases, podía ser muy bueno o bastante malo. También hay quien dice que no fue todo los sorprendente y atrevido que esperaban. Sobre lo primero no se puede decir nada: la sala es la que es y tiene esos problemas. Quizás la próxima vez podamos verle en un lugar más apropiado. Sobre lo segundo debo disentir. No creo que fuera un concierto lineal, ni predecible. Creo estas sensaciones se deben a un motivo que tarde o temprano debía aparecer: a Steven Wilson finalmente le ha alcanzado su fama. Todo el mundo reconoce su talento como uno de los mayores de la escena progresiva, y eso empuja a exigir siempre más, a pedirle traspasar los límites de la excelencia en cada cosa que hace. Un disco inimaginable e inalcanzable para casi cualquiera se valora en él como tan solo un buen disco en su carrera. Y un concierto mágico, como uno que no cumple las expectativas plenamente. Al menos, esa es la impresión que me da. ¿Mi valoración? Creo que está clara: excelente ¡que vuelva pronto!