DOKKEN - BACK FOR THE ATTACK

Crítica

A pesar de los que muchos creen, esta banda con nombre que suena a plástico no surgió a mitad de los 80 en medio de toda la vorágine hardrockera que asediaba Estados Unidos hace ya tres décadas. DOKKEN no son de los que cogieron las revistas y se dejaron crecer el pelo y aprendieron a tocar los instrumentos para ser como los artistas que aparecían en la MTV rodeados de chicas guapas y coches descapotables. Sus primeras grabaciones datan de finales de los 70 y más que sumarse a un estilo ya existente, fueron uno de los máximos exponentes de lo que hoy conocemos como Hard Rock/Heavy Norteamericano, así como forjadores del mismo. Discos como «Breaking The Chains» (1982), «Tooth And Nail» (1984) y «Under Lock And Key» (1985) están ahí para dar fé de ello.

Aunque cualquiera de los tres mencionados tienen méritos de sobra para estar en esta sección, hemos decidido empezar hablando de «Back For The Attack» (1987). Producido por el alemán Michael Wagener (SKID ROW, MÖTLEY CRÜE, KROKUS…), el album apareció en el momento adecuado con el sonido exacto para que DOKKEN se elevaran a la cima de la escena ochentera.

En este trabajo la banda fue a por todas desde el tema inicial, «Kiss Of Death». Un cañonazo abrasador de casi seis minutos durante los cuales no da tiempo a aburrirse ni un segundo. Riffs galopantes durante los que George Lynch hace a su ESP chillar incesantemente, una potente base rítmica a cargo de Mick Brown y Jeff Pilson y por encima de todo Don Dokken al micro ajustando sus cuerdas vocales con elegancia en cada verso dan vida a un tema de puro heavy metal de los que dejan huella desde la primera escucha. La voz de Don en los estribillos es totalmente desgarradora y el solo de George Lynch para echarse las manos a la cabeza.

los bendings oblicuos al comienzo de «Prisoner» consiguen enlazarla bien con su predecesora aunque en esta pista el cuarteto aboga por un Hard Rock pegadizo y animado. La tragedia del amor puede ser muy divertida y «Prisoner» es una prueba. Aunque durante el tema predomina un aire desenfadado, la ejecución y el desarrollo de este son muy sólidos. Coros que entran con gran fuerza en el momento justo y un George Lynch que con su guitarra matiza, adorna y puntea magistralmente consiguen que este tema, al igual que el disco, no se acaben tras la primera escucha.

Más rock’n’roll del bueno llega de la mano de «Night By Night» y «Standing In the Shadows». Guitarras con ramalazos blueseros, coros potentes y estribillos pegadizos pueden sonar a tópico tratandose de una banda de este origen y marco temporal, pero DOKKEN saben hacer que se les reconozca y estos temas suenan serios, con alma y mucho gusto. Hay bandas que intentaron emular este sonido y estilo, y eso es algo que se huele a legua. Sin embargo «Back For the Attack» rezuma pureza y rock por los cuatro costados.

«Heavent Sent» sigue en la misma linea aunque en esta brilla con más intensidad el carisma de la voz de Don, un maestro capaz de transmitir melancolía en cada sílaba que entona durante las partes más melódicas – como por ejemplo, el puente de la canción que nos ocupa. Gran tema.

Llegó la hora de un clásico instrumental imperecedero: «Mr.Scary». Cuatro minutos y medio dura esta delicia para el oído, un corte progresivo en el que el genio Lynch demuestra con sus maneras y su técnica por qué todavía en la actualidad es considerado uno de los mejores guitarristas de nuestra música. Podéis probar a ponerle «Mr. Scary» a alguien que no haya escuchado a DOKKEN o este LP (por desgracia hoy en día nó os costará mucho encontralo…), enseñarle fotos de un par de grupos y que os diga quienes son los que están sonando. Dificilmente escogerá a los cuatro tíos con el pelo cardado que aparecen en la contraportada de «Back For The Attack». Así son los clichés.

El dramatismo de «So Many Tears» irrumpe de inmediato tras la pista instrumental: otra joyita hardrockera en la que Don Dokken está inmenso. Las canciones más meláncolicas y tristes siempre fueron su especialidad, y en esta puede conseguir que su voz llegue a acariciar; si nó, mirad esa última parte del tema a partir del minuto 3:48 en la que por cierto los coros resultan sumamente «entrañables»….«I can’t take anymoreeee…So Many Tears!!»

«Burning Like A Flame» nos devuelve a los DOKKEN más desenfadados. Esta canción fue uno de los singles del disco y gracias a su videoclip el grupo se convirtió en un habitual de la MTV y alcanzó más popularidad, situándose junto a las bandas de Hard Rock de primera linea del momento como MÖTLEY CRÜE, WHITESNAKE o ALICE COOPER.

De los cinco temas restantes «Lost Behind The Wl» y «Sleepless Night» son quizás los más flojos del album. Son buenas muestras de hard rock de la época y se dejan escuchar perfectamente, pero llegados a este punto del disco no aportan demasiado.

«Cry of the Gypsy» es más llamativa y posee matices interesantes, así como una sobresaliente interpretación por parte del grupo y un estribillo con mucha fuerza. «Stop Fighting Love»vuelve a poner el listón en lo más alto. Una preciosa introducción acústica, un estribillo melódico pero muy contundente, un mensaje emotivo y la voz del joven Don Dokken poniendo los pelos de punta de nuevo con cada registro hacen de esta pista otra de las más carismáticas del plástico.

Y llegamos al final. Por curioso que resulte, el TEMAZO con mayúsculas de «Back For The Attack» se compuso un año antes de que se grabara el LP (1986) a petición de la productora cinematográfica New Line Cinema para formar parte de la banda sonora de la película de terror «A Nightmare On Elm Street pt.III: Dream Warriors» («Pesadilla En Elm Street 3: Guerreros Del Sueño»). Según nos contó el mismo Don Dokken en una entrevista que mantuvo con esta página hace un año, la canción «Dream Warriors» se compuso en tan solo dos días – quién lo diría escuchando el resultado! Un tema de esos que tienen «algo más», que fluye como una cascada de agua aunque su estribillo resulte ardiente y poderoso. Un himno inmortal.

En definitiva, estamos ante uno de los tres mejores trabajos de esta formación. Suena más limpio y maduro que sus dos predecesores («Tooth And Nail» y «Under Lock And Key»), las composiciones están más estudiadas y adaptadas a lo que se demandaba por aquellos entonces y aunque esto les resta rabia y espontaneidad, el disco no tiene desperdicio. Entretiene, divierte, reluce grandes dosis de talento instrumental – lease George Lynch – y además de dejarse escuchar a las mil maravillas, contiene más de un tema imprescindible de esos que deberían seguir sonando en los garitos por los siglos de los siglos.

DOKKEN no era un grupo más de la escena ochentera y esta obra lo acredita. «Back For the Attack» demuestra que iban muy en serio y que durante la década dorada del hard rock y el heavy metal rayaron a un nivel altísimo. Solamente por esto hoy merecen un lugar más digno en la historia de nuestra música que el que les ha sido otorgado tras el paso del tiempo y los altibajos que atravesaron posteriormente.

Sea como sea, puedes empezar haciéndole un lugar en tu estantería a este gran disco.

Totalmente recomendado para los amantes de los 80.

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