GRORR - ANTHILL

Crítica

GRORR es una banda francesa de Death Metal progresivo, aunque ellos prefieren denominar a su estilo “Ethno Death”. Formados en 2005 en la ciudad de Pau, en la actualidad han editado ya una demo y dos discos, el más reciente de los cuales, Anthill, es el que vamos a comentar ahora.

En una propuesta muy original (aunque habrá quien la considere extravagante, o incluso una completa ida de olla), la banda ha creado un disco conceptual, en el que, a través de trece canciones agrupadas en cuatro partes, nos cuentan la historia de un hormiguero, desde su origen en la primavera, hasta su final en el invierno, como metáfora de la formación, desarrollo y decadencia de un imperio. Para ello, se sirven de unas composiciones muy complejas, en las que la música es tan expresiva como la letra, y en las que además, utilizan instrumentos de muy diversas procedencias (hindú, africana o japonesa, por ejemplo), que combinan con la guitarra, el bajo y la batería. Tomando prestada la manera de componer propia de la música clásica, nos presentan un disco al que resulta natural aplicar el concepto de ópera-rock.

La parte de la introducción de esta singular obra se inicia con una “Overture” durante la cual escuchamos el sonido de insectos, mientras una música suave a la vez que grandilocuente nos va recibiendo. No hay caña de ningún tipo, pero el preciosismo que se escucha durante su menos de minuto y medio es muy destacable. Continúa la introducción con “Once upon a time”, un tema que arranca con mucha tranquilidad en el que se nos empieza a explicar la formación de la colonia de hormigas. En esta canción, pronto se empieza a notar la fuerza y la rabia que estos músicos pueden imprimir a sus canciones. La aportación de las gaitas, que contrastan con la agresiva voz de Bertrand, enriquece el tema de forma sorprendente. El sonido de la batería también está muy logrado.

Se empalma este tema con el primero de la parte dedicada a explicarnos la “civilización” y “estructuración social” de las hormigas, una canción titulada “Love theme”, en la que los sonidos más progresivos son muy claros. De nuevo volvemos a encontrar un tema que empieza sin caña, pero que pronto gana ferocidad, gracias a la agresiva voz gutural de Bertrand, para desarrollarse en su mayor parte como un medio tiempo. A esta canción se une la siguiente, “Foundation”, que empieza igual que termina la anterior, para luego incorporar instrumentos orientales que la convierten en un instrumental muy interesante.

De nuevo este tema se empalma al siguiente, titulado “Mhome”, un medio tiempo agresivo y de guitarras distorsionadas, que incluye otros instrumentos orientales que encajan con los instrumentos habituales de forma casi difícil de creer. A partir de la mitad de su duración el ritmo se acelera, ganando potencia.

La parte dedicada a explicarnos esta particular civilización termina con el tema “Megalopolis”, que suena unido al anterior. Es una canción que arranca con unas guitarras y unas voces muy potentes. De nuevo se vuelven a incorporar otros instrumentos menos habituales, que contrastan con el sonido distorsionado de las guitarras y con los complejos ritmos de la batería.

Se inicia la parte dedicada a la expansión territorial de este imperio con la canción “We-legion”, un tema sobre la militarización de la sociedad. Arranca con tranquilidad, con instrumentos que van sumando sus sonidos de manera paulatina, para ganar potencia muy pronto, con la incorporación de las guitarras y la batería, que marcan un ritmo machacón y reiterativo, como el de una marcha militar. Bertrand canta con rabia sobre los diferentes instrumentos, alternando las voces guturales con otras menos extremas, aunque igual de agresivas.

Continúa la expansión territorial del imperio con la conquista de un “pueblo enemigo”, en este caso una colonia de termitas, como se nos cuenta en la canción “Termit mount”. Es una canción tranquila en su comienzo, aunque pronto se desarrolla como un medio tiempo de ritmo denso, en el que de nuevo se aprecia claramente lo mucho que enriquecen el tema los distintos instrumentos. En su parte final, Bertrand se muestra más rabioso al cantar, casi rugiendo las palabras, mientras Jérémy aporrea su batería con muchísima potencia.

Entonces el enfrentamiento se convierte en una guerra abierta, que nos cuentan en el tema “We-war”, un tema potente, cañero y denso, en el que el ritmo, machacón y poderoso sirve para expresar esa violencia del enfrentamiento militar. Es uno de los temas más cortos del disco, pero es agresivo y de mucha potencia.

La parte que nos explica el final del imperio mediante una revolución empieza con la canción “She-worker”, que empieza con una voz susurrante, para luego continuar como un medio tiempo en el que Bertrand deja de lado la voz gutural durante un rato, para cantar de forma más tranquila. Pero en la segunda mitad del tema ya vuelve a cantar con más fiereza, mientras los ritmos se vuelven más complejos y trabajados.

Esta canción se une a “Deus ex machina”, otra canción que empieza como un medio tiempo, aunque luego se vuelve más cañera. Su ritmo es muy complicado, y las guitarras y la batería dominan en una instrumentación en la que no se incluyen instrumentos étnicos hasta los últimos momentos del tema, cuando el tema se vuelve mucho más tranquilo.

Ya queda claro que el imperio no va a ser destruido por un enemigo externo, sino por uno interno, y eso nos lo cuentan en el tema “Inside enemies”, que empieza con un ritmo machacón, que en algunos momentos puede recordar a bandas como RAGE AGAINST THE MACHINE. Bertrand canta con rabia, con partes en las que casi parece que está rapeando, que se alternan con otras más tranquilas. Sin embargo, lo más interesante de esta canción es el ritmo de la batería y las melodías de la guitarra.

Se termina el disco (y con él, la existencia del “imperio”) con el tema “Once upon again”, en el que el ritmo de la batería es muy potente y machacón, mientras que las guitarras y el sitar se complementan, y Bertrand canta con rabia. El disco termina igual que empezó, con el sonido de los grillos.

«Anthill» es, como acabamos de ver, un disco de enorme complejidad, para el que la banda ha llevado a cabo un trabajo increíblemente grande, y en el que se alternan los momentos de tranquilidad con los de ferocidad. La enorme capacidad expresiva de las diferentes composiciones hace que a veces nos olvidemos de que nos están hablando de hormigas y asimilemos lo que se nos cuenta a la acción humana.

Si bien en ocasiones puede parecer un disco extravagante y alejado de lo que podríamos considerar “normal” en la música que solemos oír, una escucha más atenta y, sobre todo, carente de prejuicios nos llevará a darnos cuenta de que se trata de un álbum muy interesante y de una calidad excepcional. Vale la pena escucharlo.

GRORR son:

Bertrand: Voz y guitarra.
Gaël: Guitarra.
Yoann: Bajo.
Jérémy: Batería.
Julien: Teclados y samplers.

TRACKLIST:

01- Introduction: Ouverture.
02- Introduction: Once upon a time.
03- Civilisation: Love theme.
04- Civilisation: Foundation.
05- Civilisation: Mhome.
06- Civilisation: Megalopolis.
07- Expansion: We-legion.
08- Expansion: Termit mount.
09- Expansion: We-war.
10- Revolution: She-worker.
11- Revolution: Deus ex machina.
12- Revolution: Inside enemies.
13- Revolution: Once upon again.

Puntuación: 8,5
Discográfica: Autoproducido
Autor: Pablo Folgueira

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