SOPA DE CABRA, TEATRE AUDITORI – GRANOLLERS – 02/12/2016
… mágica regresión al pasado
En un principio, el concierto que SOPA DE CABRA iban a celebrar, en el Teatre Auditori de Granollers, tenía la fecha prevista para el día 11 de noviembre. Un cólico nefrítico del cantante, Gerard Quintana, obligaba a la suspensión y posterior aplazamiento, así que, finalmente, acudíamos a la cita el pasado viernes 02 de diciembre. Allí estaba Metalcry, en su butaca, puntualmente a las 21:00 h, para disfrutar de un concierto algo atípico, experiencia que, por otro lado, hay que vivir alguna vez en la vida. Quintana, bromeó sobre la piedra en el riñón que le hizo la puñeta días atrás, diciendo que era una “Rolling Stone”, banda a la cual deben el nombre, gracias al disco “Goats Head Soup”, de 1973, y nos explicaba que todavía está de baja, pero, como es autónomo, le daba igual. Ese fue el papel del cantante durante toda la noche; muy bromista, especialmente inspirado, sin perder el tono crítico en cada una de sus intervenciones.
Gerard Quintana, al frente de SOPA DE CABRA
Tras el grito de guerra, “Bona nit, malparits!”, comenzaba una actuación que iría de menos a más. “Busco Una Llum”, la acústica, en compañía de la harmónica, “Seguirem Somniant”, “Si Et Quedes Amb Mi” y “Dolços Plans”, con los violines virtuales del Brossa Quartet en la pantalla de vídeo trasera, dieron paso a un inicio de concierto relajado. SOPA DE CABRA, actualmente, se presentan en directo con el teclista Ricard Sohn y con el coproductor del nuevo disco y multi-instrumentista, Valen Nieto. El resto, lo completa la alineación clásica: con Gerard Quintana al micro, junto al guitarra Josep Thió, “Peck” Soler, que ocupó las seis cuerdas que dejó el recordado “Ninyin”, y Cuco Lisícic al bajo. Su último disco, “Cercles” (2015), tuvo bastante protagonismo, destacando cortes como “Solstici”, “Eix De Rotació”, “El Refugi”, “Fugaç” o el mismo “Cercles”, fundiéndose con piezas del pasado como “Si Et Va Bé”, “El Carrer Dels Torrats” o “Quan Es Faci Fosc”, presentada por Quintana como la última de la cara B, de aquel “Plou i Fa Sol” de 2001, y resultando una de las sorpresas de la noche.
Francesc «Cuco» Lisícic, al bajo de SOPA DE CABRA
No tardarían en caer las clásicas “Tot Queda Igual”, “Els Teus Somnis” y “Hores Bruixes”, con ese bajo tan molón. Los focos evocaban ambientaciones tenues, y en la pantalla de fondo iban apareciendo imágenes en relación con las canciones. Una puesta en escena ideal. Y, de cara al tramo final, tiempo para hacer guiño al pasado sin reservas: de “Camins” a “El Far Del Sud”, de “No Tinguis Pressa” a “Sota Una Estrella”, de “El Boig De La Ciutat” a un “Podré Tornar Enrere” y un “Mai Trobaràs”, en clave acústica, que culminaban dos horas de rock en un recinto como el Teatre Auditori de Granollers, que no pudo evitar ponerse de pie con el himno “L’Empordà”.
Josep Thió, guitarra y coros de SOPA DE CABRA
SOPA DE CABRA ha representado mucho para la música popular catalana. Su peso histórico sigue siendo tal, que la gente todavía acude a verles allí donde toquen, de manera incondicional. Madres de familia, que ayer fueron veinteañeras seguidoras del grupo gerundense, llenan auditorios y salas de toda Catalunya, acompañadas de sus cónyuges y amigas. Esa regresión al pasado es mágica. Durante dos horas, pudimos ser testigo de ese fenómeno atemporal que representa la música. Las buenas canciones no pasan de moda, como decía Quintana, permanecen ahí en el universo, ingrávidas, esperando a que las disfrutemos una y otra vez.