Entrevista a REAKTION: «Hemos logrado un disco muy variado (…) algo más extremo y oscuro, tanto por estilo como por producción y sonido»
REAKTION es una banda de thrash metal procedente de Barcelona, formada por Iván Lara (voz), Álvaro de Prado (guitarra solista), Gustavo Revoredo (guitarra rítmica), Dani Ruiz (bajista) y Xavier F. Vidal (batería). En la actualidad, nos presentan su segundo álbum «Learning To Die», predecesor de aquel gran debut «Blackmailed Existence» (2016). Con esta resumida presentación, nos introducimos en la charla que nuestro colaborador Joss Metalcry tuvo con Xavier F. Vidal y Álvaro de Prado.
La primera pregunta es casi obligada, para así poner al lector en situación. ¿Qué va a encontrar el público en estos once temazos?
Primero de todo, gracias por lo de «temazos». Pues encontrará un disco bastante variado, con el thrash como base principal, pero con toques de otros estilos, incluso diría que canciones enteras de otros estilos, como el black o el death, y también nos hemos atrevido con algunos riffs algo rockeros. Creemos que es un disco que entra bien, es corto, dinámico y con gran variedad de riffs y voces, desde lo gutural a lo melódico, pero sin que parezca algo incoherente. Queríamos esto y creo que lo hemos logrado.
Este nuevo trabajo ha vuelto a ser grabado, mezclado y masterizado por Mr. Ax, en los estudios Axtudio (Barcelona), con un resultado fascinante en cuanto a potencia. ¿Cómo resultó volver a grabar en las mismas condiciones?
Hemos grabado de nuevo con Mr. Ax porque ya nos conocemos; de hecho, es el cuarto disco que grabamos juntos. Con él se trabaja de manera muy cómoda, nos conocemos bien, sabe lo que queremos y lo consigue. Se está muy a gusto, no solo grabando, sino también en todo el proceso. Consigue cosas muy complicadas de una manera muy fácil. Y ha sacado exactamente el sonido que le pedimos.
Normalmente no se publica un disco en época estival, y vosotros lo habéis sacado a la luz el 1 de agosto. ¿Cómo está tratando la crítica especializada y el público en general a este «Learning To Die»?
Pues sí, es una época extraña para sacarlo, pero lo grabamos en mayo, lo mezclamos entre junio y julio y no queríamos esperar a septiembre. Con todas las plataformas digitales que existen, más el hecho de que en verano la gente tiene más tiempo libre, no era mal momento para sacarlo. Es fácil acceder a él con un par de clics, así que tampoco nos importaba mucho el momento.
¿Qué nos podéis contar sobre lo que habéis querido transmitir en la portada diseñada por Gragoth?
La verdad es que las indicaciones que le dimos fueron más bien estilísticas, aunque también algo de concepto: «Learning to die», aprendiendo a morir, puede parecer algo pesimista, pero es todo lo contrario: la muerte es el final de algo, la vida, así que para darle sentido a esta hay que saber que se acabará, y actuar con conciencia. Esto, unido a que el propio Gragoth pasaba un momento muy difícil, es lo que acabó dando forma a esta portada.
Me llegan reminiscencias de otros estilos extremos y más oscuros a través de vuestro thrash metal. ¿Cuáles son vuestras influencias más directas?
Nos encanta el thrash metal clásico, pero no es la principal influencia. Gufy, sobre todo, bebe del thrash, el death y el Groove de los ’90. Nuestros riffs, así como la afinación y los acordes, no son del todo ochenteros. No nos sentiríamos cómodos haciéndolo. Empezamos a escuchar metal en los ’90, cuando sonaba el «Chaos AD» de Sepultura o los discos de Napalm Death de esa época. Si juntas estas influencias, a nivel de riffs y estilo, con unas voces que buscamos siempre que tengan un punto melódico, que enganchen, ya sea tipo al thrash de Metallica o Testament, o incluso algo más extremo. Eso es lo que nos marca a la hora de componer.
Hay grupos que asignan la labor compositiva a una sola persona. Ojeando el libreto me he percatado, sin embargo, de que sois un grupo muy abierto en ese sentido. En REAKTION, veo que la música y las letras están compuestas por varios de los miembros, todos aportan algo… ¿Cómo fue el proceso creativo de este álbum?
El proceso creativo fue como el anterior: Gufy tiene una idea previa de cómo quiere que suene un tema (y que, además, difiere del que hemos compuesto anteriormente, para dar variedad), compone 3 o 4 riffs y entre él y yo le damos forma al tema: los ordenamos, los arreglamos, pensamos qué riff es mejor para cada parte, y así vamos haciendo avanzar la canción, buscando siempre que tenga dinámica, no meter ningún riff de más si esto hace bajar el ritmo, y que no aburra.
Los temas duran poco porque queremos concentrar todo en poco tiempo, para que tenga más impacto, y los construimos pensando en qué pide la canción en cada momento. Es por ello que en cada ensayo grabamos lo que tenemos, para luego escucharlo, ver qué pide la canción en cada momento y hacer los cambios hasta que quede el tema cerrado. Si un riff no aporta nada, porque hace bajar el ritmo o lo que sea, se quita. Nos da igual que una canción no llegue a tres minutos. Durante este proceso Dani va metiendo sus líneas e Iván al final las voces.
Optáis por edición física del álbum, además de presencia en las plataformas digitales. ¿Vale la pena publicar en ambos formatos?
Creemos que sí. Con las plataformas digitales llegas a un público que de otra manera no sabría que existes, y, paralelamente, sigue habiendo gente que compra el físico, para tener el libreto, coleccionismo o lo que sea. Se complementan bien y apostamos por ambos soportes.
Si lo comparáis con vuestro anterior trabajo, «Blackmailed Existence», que salió publicado a principios del 2016, ¿qué similitudes y diferencias se aprecian?
Este disco es más variado que «Blackmailed Existence» y, además es, por decirlo así, 100% Reaktion, en el sentido en que todo el mundo, excepto Álvaro, que entró al final, ha estado desde el principio en su proceso creativo, y por tanto ha podido aportar más. «Blackmailed Existence» estaba bastante avanzado cuando Vivid Remorse se rompió, y aunque hay grandes diferencias con la anterior banda, como la inclusión de coros y un guitarra solista, aún bebía bastante de lo anterior.
En este «Learning to die» se nota que todo el mundo ha metido ahí sus gustos personales, y hemos logrado así un disco muy variado. Otras diferencias serían que hay menos coros, pero también algo más de técnica y, sin duda, que es algo más extremo y oscuro, tanto por estilo como por producción y sonido.
Como carta de presentación del disco apostasteis por «State of hate», canción que, precisamente, se puede visualizar en las redes sociales en un video con imágenes de archivo. ¿Qué os hizo decantaros por este tema en concreto?
Es un tema corto, con un estribillo pegadizo, muy variado (tiene riffs rápidos, un solo muy melódico y recordable, coros…). Encajaba bien por todo ello como carta de presentación.
Vuestro bajista, Dani Ruiz, toca también en la última formación de KTULU. ¿Os ha ayudado a daros a conocer o no os consta que hayáis atraído a nadie?
La verdad es que no estamos muy al cargo de si nos ha atraído a alguien. Es posible, y, sin duda, es una buena promoción para la banda.
El corte número seis, «’84», es un escueto y oscuro interludio que actúa casi como separador. Comparándolo con un casete, sería como el final de la cara A, ya que será a partir de ese momento cuando sacáis a relucir la vertiente más netamente thrashera. ¿Esa fue la intención principal al hacer el orden de las canciones del disco o me equivoco en mi apreciación?
La primera parte es muy variada… Tiene temas muy thrash, tipo Sepultura, como la inicial «Paraphilia», temas casi black («The second law»), medios tiempos más heavies («A piece of god within»), thrash más clásico con un punto técnico («A death foretold») y un medio tiempo pesado («Learning to die»). Metimos ese interludio instrumental de menos de un minuto para separar un poco, dar un poco de respiro y encarar la segunda parte, que es más puramente thrasher, aunque también contiene trazas de otros géneros.
Como he dicho antes, el disco está lleno de trallazos directos y certeros, pero lo que más me llamó la atención es que varias canciones están inspiradas en obras literarias y de filosofía. A nuestra edad, se agradece que no se hable de lo mismo siempre. ¿Fue premeditado esto o salió simplemente por casualidad?
Fue totalmente premeditado. Como dices, a mi edad no me sale hablar de monstruos y cosas así. Tengo cierta inquietud en volcar pensamientos más o menos profundos, sin que pueda parecer pedante, y por ello muchas letras están basadas en conceptos filosóficos o directamente en obras de otros autores.
Si vas a hacer una obra que tenga cierta trascendencia, y no hablo de importancia o alcance, hablo de algo muy personal, algo para uno mismo, una obra que has hecho para ti y para toda tu vida, qué menos que hablar de algo mínimamente importante. Iván, en la letra de «The great citizen», también se basó en literatura, concretamente en «1984» de Orwell.
En casi todas mis entrevistas saco el tema de las bandas tributo, que están cada vez proliferando más por todos lados. Algunas lo hacen muy bien, pero otras dan auténtica vergüenza ajena. Ya que tú, Álvaro, tocas también en la BON SCOTT BAND, me gustaría saber cuál es tu opinión sobre esta escena.
Claramente, hay muchísimas bandas tributo. Eso no significa que no las apoyemos, para nada. El hecho es lo que comentas, muchas no son buenas. Creen que el mero hecho de tocar sus canciones a un nivel más o menos parecido, ya permite nombrarse tributo y tocar cobrando, con la facilidad de tener las canciones hechas. Y, claro, eso es normal que llegue a molestar a bandas propias que quieran tener su hueco entre tanta sala que opta por lo seguro y llenar con bandas tributo, aunque sean malas.
Apoyamos a las bandas tributo buenas, que trabajen y toquen lo mejor y más parecido a la banda que tributan, que es su labor principal, no a las que se quieren sumar al carro de cualquier manera. Las buenas son las que, al cerrar los ojos, sientes que escuchas casi a la original, o la original directamente.
El próximo 27 de septiembre vais a presentar en directo, en la sala Monasterio de Barcelona, el álbum. ¿Qué nos podéis adelantar del concierto?
Efectivamente, y estamos muy motivados. Vamos a tocar entero todo el disco, aunque seguramente no en el orden del mismo, y algunos temas de «Blackmailed Existence». Además, compartimos cartel con dos bandas colegas, Acromizer y Gemorrah, que también presentan disco en ese concierto. Por tanto, es una triple presentación: un evento muy especial al que esperemos que no falte nadie.
Para rematar el álbum habéis optado, a modo de bonus-thrash, por una versión de los mexicanos NUCLEAR BEER, concretamente del tema «Toxic Grandma», pasándolo por la batidora de REAKTION. ¿Por qué optaste por este cover de un grupo no tan conocido?
El proceso fue muy curioso. En primer lugar, como te he dicho antes, en nuestras letras no nos gusta hablar de clichés del thrash, como la cerveza, los monstruos, la crítica fácil a la religión o los ataques nucleares. Así pues, quisimos hacer una cover de una banda que sí que lo hiciera, para, de algún modo, hacer un poco de parodia de esto. Pero entonces vimos que no tenía sentido hacerlo de un grupo actual, sino de un grupo ochentero, porque allí sí que estos temas eran tratados de una manera más «original», en todos los sentidos, y que una banda brasileña underground denunciando el capitalismo o hablando de birras tenía más sentido y era más auténtica que no una española o yankee haciéndolo ahora.
Vemos un poco de fachada y apariencia en esto de tener que encajar en el cliché. Pero los Nuclear beer eran auténticos. Y lo que empezó como una parodia ha acabado siendo un homenaje a este grupo y a otros de esa época, que sí que eran genuinos y entrañables.
Pues por mi parte es todo, simplemente agradeceros vuestro tiempo. ¿Algo más que añadir?
Agradecerte tu interés y tu tiempo en nuestra banda y nuestro disco, y animar a la gente a venir al concierto de presentación, el día 27 de septiembre en la sala Monasterio de Barcelona.