OVER THE RAINBOW + HANDFUL OF RAIN – SALA JOY ESLAVA, MADRID – 28/10/09
A pesar de ser miércoles la ocasión de ver a algunos de los miembros de los míticosRAINBOW, bajo el nombre de OVER THE RAINBOW, junto al morbo de tener junto a ellos al mismísimo hijo de Ritchie Blackmore, Jurgen “J.R.” Blackmore, sobre un escenario repartiendo una buena dosis de clásicos, era algo que no nos podíamos perder y más teniendo entre ellos a dos monstruos de la música como Joe Lynn Turner y Bobby Rondinelli, junto a otros miembros más “contemporáneos” como Grez Smith y Paul Morris. Pero antes de eso tendríamos sobre el escenario a una de las bandas más prometedoras de nuestro hard rock actual, los gaditanos HANDFUL OF RAIN:
No debe de ser nada fácil pegarse un viaje de casi 700 Km. para ofrecer un concierto apresurado de 30 minutos ante una audiencia que espera ver sobre el escenario a grandes nombres de nuestra música. No debe de ser nada fácil, no, pero cuando se tienen las armas y la calidad de una banda como HANDFUL OF RAIN estoy seguro de que merece la pena el esfuerzo para demostrarlo allá donde sea.
Este es el “laif motiv” que mueve a estos grupos que empiezan y es algo realmente admirable, tanto como el conciertazo de menos de media hora que dieron el pasado miércoles de Octubre como teloneros los gaditanos.
Tras un comienzo frío y con un sonido bastante desastroso pronto el quinteto se empezó a comer el escenario de la Joy Eslava gracias al chorro de voz de su vocalista Jaime y unos temas interpretados por sus compañeros de corte muy clásico y en ocasiones muy cercanos al A.O.R., pero siempre llenos de una calidad que demostraron estar muy por encima de la media nacional en el estilo.
Pronto la gente allí reunida, que no representaba mucho más de 1/3 de lo que habría más tarde con OVER THE RAINBOW, aunque la cosa iba en aumento por momentos, empezó a dar muchas muestras de interés hacia estos gaditanos que se desenvolvieron con mucha simpatía, humildad y honestidad para dejar claro su buen hacer presentando temas de su maqueta como “Hard Way of Life” o “The Sound of a Broken Heart”, donde pudimos disfrutar de la harmónica como instrumento adicional a la música de la banda.
En su último tema, uno nuevo titulado “Hit and Scream” ya contaron con una cálida respuesta del público, que en gran parte les ayudó a interpretar el estribillo de su canción, mientras que para finalizar nos abrieron el apetito para el atracón de clásicos que nos esperaba después, interpretando de forma magistral un “Rockin in the Free World” de Neil Young que subrayó una actuación muy meritoria.
Y llegó la hora de los clásicos. A las teclas el señor Paul Morris tomó posición y la banda al completo, tras su inicio, comenzó el concierto con un tímido “Tarot Woman” donde la mayor parte del mismo sirvió para que la banda fuera cogiendo su sitio sobre el escenario y el sonido se fuese asentando.
Esto último ocurrió cuando sonaron las primeras notas de “Kill the King”, donde Turner comenzó a demostrar que nos ofrecería una gran interpretación de los temas que Ronnie James Dio popularizó en su día, adaptando su chorro de voz a una versión más rasgada, mientras que estaría soberbio en los de su propia factura.
El tercer tema en caer, “Can’t let you go”, fue el que de verdad comenzaría a calentar motores entre el público, el cual cantó y coreo a pleno pulmón el dinámico estribillo del gran “All Night Long” que le sucedería, pasando a ser uno de los primeros puntos álgidos de la velada en este aspecto. De igual forma la motera “Death Alley Driver” (precedida por unas pequeñas notas del clásico “Over The Rainbow” de la película “El Mago de Oz) nos trajo los primeros guiños de un muy comunicativo Joe Lynn Turner, quien intentaría ir dejando alguna que otra palabra en español siempre que pudiera.
Es cierto que unos Rainbow sin Ritchie Blackmore son unos Rainbow venidos a menos y que, por mucho que su apellido esté presente a las 6 cuerdas en la persona de su hijo Jurgen J.R. Blackmore, este no consigue ni por asomo hacer justicia de los clásicos de los que estábamos siendo testigos. Pero éste se mantuvo en su lugar de una forma muy discreta y humilde, interpretando los temas rodeado de unos músicos cuya clase e historia son inapelables, factor que sin duda consiguió hacer la noche de un miércoles como algo que íbamos a recordar y, sobre todo, hacérnoslo pasar muy bien.
Es por ello que la parte más oscura y pesada del show, con temas como “Eyes of the World”, “Ariel” y “Wolf To the Moon” fueron ovacionados hacia su final por todo el público sin excepciones. Tras esto tuvimos un solo de guitarra de Blackmore que dejó frío a más de uno, mientras que el calor regresó no solo cuando, en un breve speech, Turner hizo el amago de ligarse a alguna espectadora, sino cuando comenzaron las primeras notas del “I surrender” con la que, por primera vez, se dio la vuelta la sala al completo.
Lo mismo conseguirían temas como “Man on the silver mountain”, que entró tras un pequeño solo del hiperactivo Greg Smith, presente en todo momento a los coros, o la romántica “Jealous Lover”, donde salió a la palestra el vozarrón de Turner, cálido y potente al tiempo.
En esta parte del show llegó el momento del solo de batería. Ese momento que en muchos conciertos sobra y en otros no debería ni pueden faltar, como fue en este caso ya que, tener a Bobby Rondinelli a las baquetas es una auténtica delicia para la vista. Gafas de sol, chicle en la boca y como si la cosa no fuera con él, con su espectacular forma de manejar las baquetas nos dejó un solo genial, divertido y original en el que llegó incluso a usar sus propias manos… Algunos no pudimos parar de reír al tiempo que asombrarnos ante semejante crack de la batería.
Nos lo estábamos pasando muy bien, y con “Stargazer” y, sobre todo el enorme “Long Live Rock and Roll” la fiesta ya no se detuvo ni durante el tiempo de intervalo que hubo entre los bises. El primero de ellos fue para un celebrado e intensísimo “Gates of Babylon” y el resto para la festiva “Since You’ve Been Gone” y “Can’t Happen Here”, precedida esta de una sesión de improvisación entre toda la banda.
En teoría la cosa acababa aquí, pero Turner y los suyos decidieron que nos habíamos portado muy bien con ellos y nos regalaron una pieza más, una pieza que dejó a todos con un gran sabor de boca, cantando el gran “Spotlight Kid” como final de fiesta y saliendo por la puerta habiendo adornado la semana de una más que agradable forma, con un concierto de esos que quizás puedan muchos acusar de oportunistas o de vivir del pasado pero que cuando los presencias resulta imposible negar el que te lo hayas pasado realmente bien.
Podéis ver más Fotos haciendo click en el vínculo que tenéis a continuación: