WARCRY – SALA LA RIVIERA, MADRID – 8/11/2014
Noche Inmortal
Cuando de WARCRY se trata, a una le resulta muy difícil hablar de forma objetiva, aunque para esta crónica se intentará… Si cuando terminéis de leerla os quedáis con la sensación de que fue un concierto perfecto, no será por falta de objetividad, sino, porque realmente… lo fue.
Con una puntualidad casi británica, y tras cánticos de temas de la banda, por parte de un animadísimo e impaciente público, el show de WARCRY en la sala La Riviera de Madrid dio comienzo a las 20:18h de la tarde. Todos nos encantamos con un video que se proyectó en la pantalla que presidía el escenario (y que tuvo gran parte del protagonismo de todo el show), con él, nos transportaron a Egipto y allí, a modo de presentación fue apareciendo cada miembro de la banda en distintos “estratos” a modo de faraones. El último en aparecer en dicho vídeo, como era de esperar, fue Víctor García, (frontman, cantante y como descubrimos algo después, también, guitarrista acústico en algún momento puntual), fue el miembro de la banda más aclamado por un público apasionado que, como os anunciamos en ésta VUESTRA web hace tiempo, agotaron todas las entradas mucho antes de la fecha del concierto.
Tras esto, todo daba el comienzo definitivo con los asturianos ya en escena, recibiendo una calorosa acogida y haciendo una ejecución perfecta de la primera canción, un temazo inmejorable para avivar desde la primera nota el espíritu del público madrileño, “Quiero oírte”, de su más reciente trabajo de estudio “Inmortal”. En ella, se pudo apreciar algún que otro error de sonido que rápidamente fue subsanado para entregarnos un sonido de gran calidad (teniendo en cuenta el sonido de casi todas las salas) y limpieza incluso en las primeras filas (lo cual, al igual que el hacer uso de la puntualidad, no es muy habitual en directos…) algo muy de agradecer, para disfrutar bien de la buena música y poder valorarla correctamente.
El segundo track de la tarde fue, “La última esperanza”, un tema que, personalmente, aunque me gusta, no es de los que más me apasionan de la banda, y creo que es algo que nos sucede a muchos, pues fue un tema un poco menos coreado que los demás de la noche, aunque igual de disfrutado. Pasión, como diría el gran seguidor de la banda y reconocido presentador de Pasapalabra, el exitoso programa televisivo, que acaba de cumplir nada más y nada menos que 2000 programas (les damos nuestra más sincera enhorabuena.) Pasión, es lo que transmitió en ésta canción (entre otras muchas) el fabuloso teclista de la banda, Santi Novoa, con sus delicadas manos, realizando fabulosas notas y haciendo las delicias de todos los allí presentes.
Tras un amigable saludo de Víctor García que afirmó que Madrid es un lugar muy especial para ellos y bromeando con que “seguro que todos dicen lo mismo…”, la banda continuó con trallazos como la coreadísima “La muerte de un sueño”, “Venganza” con su nuevo (y a mi parecer, desacertado) videoclip en la pantalla, “Contra el viento” dedicada a unas seguidoras de la banda muy especiales y repleta de esos maravillosos solos de guitarra de Pablo García, en los que brilló con luz propia. Brillaron también las fabulosas y atronadoras, tocadas de forma inmejorable, “Perdido” y “Cobarde” en la que la sala parecía que se vendría abajo en cualquier momento, la preciosa y sensible “Siempre” y “Coraje”, en la que el gran Víctor demostró el inmejorable estado vocal en el que se encuentra, llegando a las notas más altas de los temas, que en algunos casos para una simple mortal como yo, me sería imposible llegar. Fue de agradecer, pues algunos pensábamos que evitaría hacer esas notas como muchos cantantes hacen en directo, y no bastándole con hacerlas, algunas incluso, las realizó por encima de las de estudio… ¡Enhorabuena, Víctor, un 10!
Para formar el ecuador del concierto, y tras unos juegos vocales con un entregadísimo público para dar pie a este TEMAZO, nos ofrecieron “Alma de conquistador”, una de mis preferidas de la banda, por su fuerza, su energía, vitalidad y el buen rollo y seguridad que transmite… y aunque esa noche sonó algo más lenta y menos enérgica de lo normal, no dejó de ser el temazo que es y nadie dejó de corearla ni un sólo instante. Tras ella, “Nuevo mundo”. Y de nuevo disfrutando de los dulces teclados que sonaban celestiales esa noche en la sala, nos regalaron “Como un mago”, con chistera incluida sobre la cabeza de Víctor.
Llegaba un himno de la banda, “La vieja guardia”, demostrando con ella que el metal nunca terminará. Pablo García, no dejó de jugar con el público durante toda la velada, pero especialmente en esta canción, llegando incluso a soltar su guitarra para gesticular la letra de la canción… Entre eso, su contacto con el público en todo momento, sus poses y gestos durante todo el concierto y su infinita calidad con la guitarra, ver a este hombre ya es un espectáculo de calidad, garantizado.
Con “Ardo por dentro”, a riesgo de parecer “cansina y enamoradiza”, vuelvo a alabar la calidad de Santi Novoa en ella y es que, los teclados en WARCRY, tienen una gran carga sonora en casi todos sus temas y de nuevo sonaron magníficos en este potente tema que todos recibieron con una gran entrega. Sí, el respetable, SE PORTÓ, fueron los fans más enérgicos que he visto en toda mi vida, estuvieron casi tres horas dándolo todo por su banda preferida cual gladiadores romanos, sin desistir ni un instante en su lucha por disfrutar y hacerle llegar su cariño y fervor a la banda… y… ¡vaya si lo hicieron!
Era el turno de una bellísima balada, “El más triste adiós”. Pero el descanso de actividad duró poco, pues tras ella, nos esperaba “La maldición del Templario” con su voz en off a modo de introducción incluida, intro, que todos los seguidores demostraron saberse. Junto a ella, llegaba “Amistad”, otro tema que no es excesivamente de mi agrado, pero que provocó una verdadera fiesta repleta de jolgorio y potentes agudos de Víctor por toda la sala. La potencia de la magnífica batería de Rafa Yugueros, se hizo notar de forma más intensa en temas como: “Un poco de fe”, “Huelo el miedo”, “Devorando el corazón” y “Señor” con unos impresionantes agudos realizados a la perfección por parte de Víctor.
Estos temas parecían anunciar el principio del fin, no sin antes, ofrecernos el himno por excelencia de la banda: “Tu mismo”, como era de esperar, con su llegada la sala tembló desde sus cimientos hasta el techo, las 1800 voces se convirtieron en una, uniéndose con la de Víctor y toda la banda. Alzando cada vez más nuestros cánticos, todos disfrutamos de este mágico momento, perfeccionado con el gran saber hacer y la vivacidad de Roberto García, bajista de la banda, que no paró de recorrer el escenario de un lado para otro ni un sólo instante del show.
Después de esto, la banda desapareció del escenario durante unos minutos, pero ni aun así, en la pista cesaban cánticos del estribillo del último tema allí escuchado y el nombre de la banda. Todos sabíamos que el concierto no acababa ahí, que eso no era todo y que a la banda aún le quedaba por dar lo mejor de ellos. Así pues, tras unos minutos de oscuridad sobre el escenario, se volvió a hacer la luz y no sólo por los focos… en él, ya estaba la banda al completo, iluminando con luz propia todo a su alrededor.
Como adelantamos al comienzo de la crónica, en este instante, Víctor apareció enfundado de una guitarra acústica, para emprender el momento más íntimo y a la vez anecdótico del show y hacer “algo inédito”, como él mismo dijo. Tras algunos problemas/bromas con la afinación de la guitarra de Víctor, (que más que una seis cuerdas acústica, parecía el “afilador” como se bromeó por el público,) y que se solucionaran con la inestimable ayuda de Pablo, (que con ir hacia allí y tocar un solo botón todo volvió a la normalidad), entre las risas cómplices de los seguidores, comenzó “Mi tierra”. En esta bellísima y especial canción, como hemos dicho, Víctor llevó todo el peso de la bella guitarra acústica que hay en este tema, que no es poco, y nos convencieron del grandísimo amor y apego que sienten por su tierra, Asturias.
Con sus brutales guitarras, agudos imposibles, entrañadas baterías e invencibles bajos y en la que se lució al 200% toda la banda, “El guardián de Troya” dio paso al último tema de la noche, como no podía ser de otra forma… “Hoy gano yo”, que, como dice la letra del tema que tocaron anteriormente “Siempre”: “sobran palabras cuando ya todo se habló”, pues en este punto del concierto, “ya todo estaba hablado”, todas las cartas estaban sobre la mesa, demostrándonos, una vez más, la infinita valía que estos cinco asturianos tienen sobre las tablas, uno de los mejores grupos del panorama nacional actual y “sobran palabras” como hemos dicho, para hablar de este tema… Con sólo los primeros acordes del mismo, ya estaba todo el mundo a completa disposición de la banda. Ahora sí, en este momento, definitivamente la sala se vino abajo… público y banda unidos en una misma voz que seguro dio la vuelta al mundo, un momento preciosamente apoteósico para culminar con un conciertazo de casi tres horas, digno de ser recordado de por vida por todos los afortunados que tuvimos la suerte de presenciarlo.
Me faltó algún tema que pensé que tocarían y me sorprendió mucho que no lo hicieran como “Trono del metal” y otras, que aunque sabía que no tocarían me hubiera encantado escuchar en directo, como “Libre como el viento”, “Nana”, “Un mar de estrellas”, “Sin tu voz”, “Recuérdalo” o “Tu ausencia», entre otras muchas… Una, que es muy moñas… jajaja.
Aun así, fue un concierto inmejorable, de lo mejor que se ha hecho por España… ¡Grandes WARCRY!
El 17 de enero, WARCRY vuelve a Madrid, a la misma hora y en el mismo lugar… Tras leer esto… no te quedarás sin verlos… ¿verdad?
01. Quiero oírte
02. La última esperanza
03. La muerte de un sueño
04. Venganza
05. Contra el viento
06. Perdido
07. Cobarde
08. Siempre
09. Coraje
10. Alma de conquistador
11. Nuevo mundo
12. Como un mago
13. La vieja guardia
14. Ardo por dentro
15. El más triste adiós
16. La maldición del Templario
17. Amistad
18. Un poco de fe
19. Huelo el miedo
20. Devorando el corazón
21. Señor
22. Tú mismo
23. Mi tierra
24. El guardián de Troya
25. Hoy gano yo