Rock Imperium Festival 2024: Crónica del miércoles y jueves
La tercera edición del festival cartagenero Rock Imperium Festival se podría decir que es la confirmación de un festival bien hecho, cómodo y divertido, sus cuatro agotadoras, intensas e interesantes jornadas que os vamos a ir contando.
Llegando a primera hora de la tarde escuchamos desde lejos al simpático Ronnie Romero hacerse con el gentío que pululaba por el césped. Se anunció que el concierto iba a ser grabado, y nadie quiso perderse su minuto de gloria apareciendo en las pantallas que rodeaban los escenarios principales..
Recordó sus tiempos con Richie Blackmore, nos invitaba a saludarlo en el stand de firmas y nos interpretó uno de sus temas favoritos The Last Ship. La cover Rainbow In The Dark de DIO, que brilló como fin de fiesta. Bien por Ronnie.
Abrimos el otro escenario del festival con una banda que adora nuestro país y sus festivales, no se pierden uno. Y es que los suecos Eclipse vienen cada vez más a darlo todo.
A pesar del calor de la ciudad murciana, la gente estaba ya a lo que estaba, a disfrutar. Setlist festivalero e improvisado dado un problema en la batería que solucionaron a base de profesionalidad, clase y cojones, nunca es mal momento para tirar de acústica y marcarse un inolvidable Battlegrounds.
Su técnico, tirando de humor, lanzaba los trozos del maltrecho parche al público. Erik sin dejar de sonreír, con su guitarra colgada llena el desastre de notas y saber estar, en serio, qué valor chicos.
Erik es amor encima de un escenario y sus temas, ya clásicos, una oleada de hard sueco actual fresco y directo que hacen cómplices al público y banda indudablemente. Me faltaron muchos de los fijos, pero acabar con Viva la Victoria es una jugada maestra, gracias Eclipse por otro conciertazo más en la lista, y nos vemos de nuevo en nada en el Granito.
A los festivales se va a escuchar música evidentemente, pero significan reencuentros, colegueo, recuerdos y muchas cosas que los hacen inolvidables. Uriah Heep, fueron perfectos para acompañar esos momentos con su caos de colores incluido en su último álbum.
Su plenitud vital parece estar hecha a prueba de décadas. El eterno Mick Box, como único miembro fundador que permanece en la banda, se encarga de coordinar y canciones como Save Me Tonight, Sweet Lorraine y Gypsy nos llevan a ese estado de placer musical que nos encanta y es el culpable de que estemos justo ahí.
De esperar era que dejaran ver más su lado hard rockero que el prog, dado el ambiente y las canciones caían al igual que la gente se iba acercando más a la zona del escenario, el sonido iba en crescendo, la cosa se caldeaba y la gente quería más.
La sorpresa de la tarde, la irrupción en escena del hacha de Judas Priest Richie Faulkner vestido “de calle” y de vuelta subiò Ronnie Romero que aún tenía mecha de voz en su garganta.
Esto no había hecho más que comenzar, cuando Extreme daba cuenta de su bohemia clase, como para perderse esa actuación. la atmósfera ya era de momento serio. Dando rienda suelta a temas consagrados nos hicieron mover caderas en Decadence Dance por supuesto y en Rest In Peace del mismo palo y perfecta para animar aquello.
Siguen siendo unos figurines y siguen volviendo del revés nuestros corazones con More Than Words, es tan inseparable el tema, como la enorme guitarra del regazo del inmenso Nuno y el solo que la precedió.
Gary y los suyos nunca fallan, son funk, soul, rock y todo a un nivel, estratosférico, da igual cuantas veces los veamos o donde, son clase top y el final de su actuación con la mítica Get The Funk Out y su último hit Rise así nos lo dejó clavado dentro.
¿Qué sería de un festival sin Judas Priest? Los más esperados por la multitud, ya caída la noche alrededor de las preciosas murallas, Rob y los suyos fulminaron con el brillo del metal cada pedazo de cielo.
Que Invincible Shield es un disco con pinta de llegar a ser de culto los seguidores lo tienen claro y los asistentes al festival, merecíamos disfrutarlo por eso abrieron con Panic Attack. El dios de esto del heavy metal no paraba de un lado a otro del escenario, su presencia es tan inmensa que haga lo que haga te hipnotiza. No hace falta decir que cuando soñaron los acordes de Breaking The Law todos nos sentíamos como en el escenario con ellos.
Faulkner y sus gestos constantes hacia el público hacen que se mantenga la conexión. Es enigmático lo que logran, Riding On The Wind con las cuatro cuerdas y los bombos en su máximo esplendor, Rob en si mismo, la moto, las pantallas, ese símbolo colgando del escenario, los temas caen uno detrás de otro, las imágenes de la gente en las pantallas lo dicen todo y más
Y claro que sonaron Turbolover y Painkiller. Pero también se curraron cosas como Saints In Hell o Sinner, para la delicia de los más fans. Con toda la adrenalina desparramada por el césped disfrutamos de la catarsis final The Hellion, Electric Eye y Hell Bent For Leather
Son espectaculares y punto y en Livin After Midnight se dio todo como se merecen. Con esto en nuestros oídos retumbando alegremente, dábamos por concluida la primera jornada. Dosificar es ley en estos eventos.
![](https://i0.wp.com/metalcry.com/wp-content/uploads/2024/06/rockimperium-1-8768-scaled.jpg?resize=800%2C574&ssl=1)
Jueves de amontonamiento de bandas, quién no se ha llevado un buen disgusto al ver los horarios de algún día, solapes, carreras, sin tiempo para nada, bienvenidos a los festivales de verdad.
Kadavar hicieron las delicias de músicos, eruditos y disfrutones de la psicodélica y los sonidos stoner. Los alemanes son serios y formales y venían a soltar notas y alargar temas con tiempos instrumentales y todo eso hizo las delicias de los espectadores fijos, las caras de las primeras filas los delataban.
Más música hecha desde dentro Richie Kotzen, aparece sin parafernalias ni gilipolleces. Richie es en escena tántrico y excelsio, y su forma de actuar es como que se cierra en sí mismo al interpretar los temas y nos abre al resto la mente y los sentidos en contraposición.
No es un show de enloquecer a pesar de abrir con Loosing My Mind, más de sentir y dejarse llevar por el mundo Kotzen, eso hicimos No tiene temas comerciales que te sepas de memoria aunque solo los hayas escuchado dos veces, Bad Situation o Fear son para volar.
Con calma, nada de agobios, mirando a sus músicos, todo muy a pelo sin apenas interacción, en Help Me si da las gracias y acaba su excelente actuación, apenas sin inmutarse. Puede que no sea del gusto de todos este tipo de shows en un festival, pero para descerrajar el día, perfecto Richie Kotzen.
Llegaba uno de mis momentos de esta edición. Los noruegos TNT con Tony Harnell al frente, mi primera vez, con eso lo digo todo en cuanto a ganas de que todo saliera como imaginaba.
Ains como me cuesta escribir esto, pero Harnell y sus chicos no tuvieron la tarde, el sonido no fue bueno y de verdad que quería haber caído rendida ante ellos pero ni con Tonight I’m Falling logré sentir eso y mira que puse todo de mi parte. Que rabia, porque los afilados agudos de Tony sonaban y bien y ver a Ronni Le Tekro impresiona, pero faltò algo, falló algo.
Se curraron imágenes de auroras boreales para Northern Lights, Intuition fue bien recibido pero el público no se llegó a sentir en el escenario. Continuar con 10000 Lovers un acierto, pero llegábamos a Seven Seas sin conexión y me da mucha pena esta especie de oportunidad perdida, quizá para la próxima, Harnell, nos la debemos.
Las horas pasaban, la adrenalina iba en aumento por sí sola, con semejante cartel era algo visto y nos tocaba disfrutar de un gran momento, uno de los de clase, la de la voz del rock.
Glenn Hughes nos inunda con su caudal de voz, el de siempre y la majestuosidad de su aura, vocal y espiritual. La banda que lo acompaña es un cañón de saber estar y tocar y el atardecer acompañaba a Hughes en su cruzada por hacernos sentir el rock de la forma más intensa posible.
Había cumpleaños a la batería y se aprovechó el momento del solo para corearlo. La guinda al pastel la puso la voz del rock, todo muy dulce en tonos rock pastel.
Deep Purple era el reclamo esta vez, Stormbringer fue la de toma de contacto y tanteo. Nos lleva por donde quiere con Sale Away, se marca tiempos blueseros, solos y nos mueve hasta You Keep On Movin, todo sin casi darnos cuenta, porque lo hace casi sin despeinarse, esa es su magia.
Sin apenas tiempo material para coger fuerzas, el escenario de al lado aventuraba algo especial, Avantasia, Tobias y sus chicos nos iban a dar un concierto de los suyos.
El super mega macro grupo sigue sumando hazañas épicas a su historia y esta temporada no iba a ser menos, el mayor atractivo en cada propuesta es saber de quien se rodeará Sammet esta vez, su listón parece no tener līmite y nadie se movía de las primeras filas por miedo a perderse algo potente.
Tan potente como la voz de Adrienne Cowan para dejarnos claro lo que iba a suceder en esa hora. Ves la lista de invitados y parece una irrealidad, pero es que el mago Sammet. es así, pasò todo el concierto jugueteando sin parar con las cámaras y ofreciendo eso que todos sus fieles esperan, un show especial.
Me fascina y emociona la presencia de Bob Catley y el combo Adrianne Cowan y Chiara Tricarico es total. Herbie Langhans es elegancia, el contrapunto perfecto del loco Tobías. Sale el enorme Ralf Scheepers e Invincible se convierte en un puntazo. Tommy Karevik, aprovechó para calentar voz participando en algunos temas y dar metal al show.
Luces, efectos, fantasía, todo muy Avantasia como no podía ser de otra forma, el final con toda esa magia vocal junta encima del escenario una fantasía digna del reino perdido de Avalon, la que monta Tobias.
Ojalá esta propuesta de ensueño dure mucho, porque es perfecta para salir de un festival en modo fantasía.
Texto: Vir Morgana Del Real y fotos: Emilio Pastor