«Gran Hermano Metal»… ¿Te lo imaginas?
Como sabréis, «Gran Hermano» es un programa de telerrealidad, también conocida como «telebasura», creado por el neerlandés John de Mol, dueño de la productora «Endemol», y emitido por un gran número de emisoras en todo el mundo (en más de setenta países), en el que, durante varias semanas aislados en una casa prefabricada, un grupo de concursantes, seleccionados mediante un casting previo, intenta superar una serie de pruebas y expulsiones para así conseguir el premio final: un maletín con una suma importante de dinero.
«Gran Hermano» está inspirado en la novela «1984», de George Orwell, posteriormente llevada al cine por Michael Radford, con lo cual, los concursantes son filmados por cámaras y micrófonos durante las 24 horas del día, teniendo totalmente prohibido cualquier tipo de contacto con el exterior, sin derecho a televisión, radio, internet, música, libros u otras cosas vitales para matar el aburrimiento durante los tres meses de cuarentena. Asimismo, el presupuesto semanal para adquirir comida y otros productos, depende según el resultado de las pruebas que realicen los participantes que, a su vez, sirven a la audiencia para comprobar su capacidad de trabajo en equipo.
Uno de los momentos álgidos de «Gran Hermano», sin duda, es la noche de las nominaciones. Cada semana, los concursantes, de forma secreta en el confesionario, dan los nombres de los compañeros que no quieren en la casa. A la postre, los que obtienen la mayor puntuación son los nominados. Estos permanecerán nominados durante toda la semana, hasta que se les comunica la decisión de la audiencia soberana. Es entonces cuando el concursante elegido debe abandonar la casa para ser llevado al plató y ser sometido al juicio del presentador, junto a familiares y otros concursantes ya expulsados. Según cómo te hayas portado en la casa, en esta fase se decide si te hunden la vida o te santifican.

Leo en el confesionario (sin libreta)
Dicho esto, ¿os imagináis un «Gran Hermano Metal Edición Española»? Patrocinado por Metalcry.com y producido por «Endemetal», nuestro «Gran Hermano Metal» particular contaría con la participación de los pesos pesados de nuestra querida farándula, comenzando, cómo no, por Txus di Fellatio (MÄGO DE OZ), el villano por excelencia, y otros grandes mártires de nuestro rollo como Leo Jiménez (STRAVAGANZZA) o Alberto Rionda (AVALANCH). Crucificados en las redes sociales sin piedad, ninguno de los tres podía faltar a la cita.
Asimismo, un prototipo de concursante que se ha estandarizado en los últimos años de «Gran Hermano» es el de transexual. Para más inri, además, entra a la casa sin que el resto sepa su condición, lo cual da más valor al personaje. En términos de audiencia, un transexual cotiza a la alza. Y, en este caso, qué mejor que Óscar Sancho (LUJURIA) para ocupar la vacante, que en sus conciertos canta aquello de «fui como Jekill y Mrs Hyde, a veces hombre a veces mujer…».

Fortu no necesita montaje, Rafa Basa sí
El bueno de Yosi (LOS SUAVES), por su parte, también daría mucho juego en el programa. Con su particular forma de ver la vida, sería la típica persona que no tiene enemigos en la casa: ese perfil de concursante simpático y bonachón que llega a la final para quedar segundo, detrás del listo. El televisivo Fortu (OBÚS) no podía faltar tampoco, un personaje que conoce este tipo de realities desde dentro, pues ya lleva recorriendo platós de televisión hace años. Los hermanos de Castro (BARÓN ROJO), junto a Fortu, serían también representantes de esa generación de oro que triunfó en los ochenta.
Tras la espectacular actuación de Armando en «First Dates», cuya pretendienta salió por patas, la productora pensó en el guitarrista para «Gran Hermano Metal Edición Española». Sin embargo, este puso una condición: su hermano Carlos debía acompañarle, y es que, como buenos hermanos, siempre van juntos a todas partes, menos a «First Dates» claro (cuando hay mujeres de por medio ya se sabe…).

Rionda, justificándose en el confesionario a las cuatro de la mañana
Sin lugar a dudas, estos ocho concursantes serían los que más juego darían en nuestro «Gran Hermano» particular. Pero, como el número es aún escueto, los encargados de casting se han encargado de añadir unos «secundarios» de excepción como Carlos Escobedo (SÔBER); que viene sin hermano, Sherpa (ex BARÓN ROJO); que sería el típico participante que entra por sorpresa, sin que los demás lo sepan, así que ya podéis imaginar la cara de los hermanos de Castro…
Tras duras negociaciones, también aceptó la invitación José Andrëa (URÖBOROS); más que nada como herramienta de promoción ahora que saca nuevo disco, ya que Txus se la suda mucho, pero ya sabemos cómo son estos tipos de programas: remover la mierda en televisión es altamente lucrativo. Víctor García (WARCRY), está en una situación similar a José; el pasado y su polémica salida de AVALANCH se la traen sin cuidado, pero, coincidiendo con un periodo de poca actividad de su banda, antes de repetir por catorceava vez en el cartel del «Leyendas del Rock», decidió apuntarse.
Por último, no podían faltar Ángel San Juan (TIERRA SANTA) y Enrique Villareal «El Drogas» (ex BARRICADA). El primero, llega a «Gran Hermano Metal», más que nada, como objeto decorativo, y para que la audiencia vea cómo se cuida y acicala esa negra melena. Como buen hombre de pocas palabras, Ángel será el soso de esta edición, uno de esos concursantes que se van sin pena ni gloria, más o menos a mitad de programa, y que nadie recuerda pasados unos meses. Y el segundo, pues poco más o menos. En su caso particular, una vez vea lo que se cuece allí dentro, será el primer concursante de «Gran Hermano Metal» en abandonar la casa por voluntad propia.
¿Y las mujeres no participan? os preguntaréis. Bueno, en este caso, como sois más listas y sensatas que nosotros, deciros que cantantes como Elisa C. Martín, Amaro o Rocksa (MURO), entre otras, declinaron la invitación de «Endemetal» para formar parte del concurso.

Txus, la semana antes de ganar «Gran Hermano Metal»
Visto el casting, ¿os imagináis a todos juntos en una casa construida para la ocasión durante tres meses? ¡Lo que podría salir de allí! Apuesto a que Rionda sería el primer expulsado. Si nos guiamos por la animadversión que su persona cosecha en las redes, pongo la mano en el fuego a que así sería. A su vez, sus compañeros, hastiados de ver al guitarrista todo el día en el confesionario, justificándose por cada una de sus acciones y dando explicaciones al «Súper» (esa voz omnipresente y distorsionada que habla con los concursantes) a horas intempestivas y rechupando un caramelo, acabarán nominándole unánimemente la primera semana. Su personaje estaría a la altura, o casi, de aquel que decía «¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?».
Y hablando de confesionarios, otro que se pasará todo el día allí dentro es Leo Jiménez. Por suerte, esta vez no ha traído la libreta para comunicarse con el resto, poniendo en serio peligro sus cuerdas vocales. Para desesperación del «Súper», el vocalista madrileño recurrirá constantemente a la sala de confesiones para avisar de que alguien está intentando aprovechar la luz que ha sabido ver en él, para hacerse con el premio, que en este caso iría destinado a causas benéficas.
Probablemente, Leo ocuparía el podio en la final de «Gran Hermano Metal», quedando en tercer lugar, gracias al apoyo incondicional de sus seguidoras, detrás de Txus y Yosi. El batería, amado y odiado por un gran número de telespectadres, es el típico concursante que va nominado cada semana pero que siempre se salva, a la postre, el más inteligente del corral y merecido ganador.

Rafa Basa, sustituto de Mercedes Milà
Ah… y, por último, falta una pieza esencial, y no menos importante, para el buen desarrollo de este «Gran Hermano Metal»: el presentador. En esta primera edición será Rafa Basa el elegido, que se disputó el puesto entre «El Pirata«, Vicente «Mariskal«Romero y un holograma de Mariano García. Vale, tal vez no sea el más idóneo para el puesto. Basa no es la alegría de la huerta, más bien al contrario, pero resultaba el más económico de los cuatro (no revelaremos el caché del «Mariskal» o «El Pirata» por respeto). Asimismo, tras el éxito de «Dio hologram», se pensó en resucitar a Mariano García, más que nada por el morbo de experimentar televisivamente una nueva entrevista con Víctor García, una vez este fuera expulsado de la casa, pero no podéis imaginar el elevado coste de producción que supone para el programa la configuración del dichoso holograma. Veremos a ver para la próxima edición…
Autor: Ivan Allué
Nota: Este artículo está escrito con la única intención de pasar, y hacer pasar, un rato divertido, basándonos en la imagen pública que los personajes citados manifiestan en los diferentes medios, lo cual no implica que hayan de ser generalmente así en su vida personal. En cuanto a los fotomontajes, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.