RIVAL SONS – SALA ALBÉNIZ, GIJÓN – 09/02/2017
El futuro del Rock n’ Roll
La visita de los norteamericanos Rival Sons a Gijón no defraudó a nadie. Venían directamente de acompañar a Black Sabbath en las fechas inglesas de su tour de despedida, lo cual nos aventuraba el genial estado de forma en el que los podríamos ver esa noche. Aterrizaban en la península presentando su último trabajo, “Hollow Bones”; dos fechas, dos ciudades, pero esta vez no serían el circuito típico de Madrid/Barcelona; esta vez iba siendo hora de que algo de este calibre llegase a tierras astures. Es por eso que no nos extraña la cantidad de asistentes que se movilizaron de comunidades vecinas. Nosotros no necesitábamos a nadie que nos abriese los ojos para ver el buen estado que presentaba la sala ese día. Sin lugar a dudas, una noche de diez.
A las nueve abrían las puertas de la sala Álbeniz y daba comienzo el espectáculo del Teatro Fiasco Tour, amenizado por la sesión sesentera del DJ Howie Pyro y el poeta Derrick Brown, el cual sería presentado por el mismo Jay Buchanan. Una apuesta arriesgada pero suculenta de la que cuál podemos decir que ambos lograron salir victoriosos.
Lo realmente bueno llegó a eso de las once, mientras sonaba la banda sonora del “Bueno, el Feo y el Malo”, uno a uno los californianos se irían subiendo al escenario. Sonaron “Hollow Bones Pt 1.”, “Tied Up” y “Thundering Voices” seguidas, al igual que en su último largo. Densidad es la palabra que nos acompañaría toda la noche, sonaron intensos, potentes, con un Jay Buchanan a la voz que no dejó a nadie indiferente, no es de extrañar las comparaciones constantes con el mismísimo Robert Plant. El sonido fue exquisito se escuchase desde donde se escuchase, un diez para los técnicos. A continuación llegaba uno de los tríos más esperados de la noche, “Electric Man”, “Secret” y “Pressure and Time” con la que se desató aún más la locura, es imposible que un tema así no ponga a corear a toda la sala.
Tras semejante subidón de adrenalina era turno de bajar las pulsaciones al metrónomo con temas como “Where I’ve been” o “Fade Out”, todo hay que decirlo, supieron a gloria. Los solos de guitarra fueron habituales, Scott Holiday sacaba a pasear su arsenal de guitarras constantemente mientras técnicamente rozaba la perfección. Con una serenidad que asusta y una técnica más que depurada lo de este hombre a las seis cuerdas no tiene parangón. Al igual que tampoco lo tiene lo de Michael Miley a las baquetas (sin desmerecer al resto de la banda) quién a mitad de concierto nos regalaría un eléctrico solo de batería.
La puesta en escena fue bastante comedida pero sin dejar nada al azar. La estética de cada uno de los integrantes hacía buena gala de esto. “Open My Eyes”, la segunda parte de «Hollow Bones» y “Keep on Swinging” cerraron una noche que muchos recordaremos como épica, y es que, en estos tiempos donde la gran mayoría de éxitos que copan las listas musicales de las principales radios y cadenas de televisión no dejan de ser productos híper producidos de usar y tirar, se agradece ver a cinco tíos sobre el escenario tocando música real, haciéndonos gozar con sonidos de la vieja escuela y obligándonos a recuperar sensaciones auténticas que muchos ya dábamos por perdidas. Tengamos fe y esperemos que muchos de esos grandes éxitos como “Pressure and Time” o “Electric Man”, por citar únicamente dos, logren pasar a la historia del rock como en su día lo hicieron otras grandes composiciones de los mismísimos Led Zeppelin, The Doors o Black Sabbath, porque sin duda alguna se lo merecen.
Como única pega nombraría los horarios al tratarse de un jueves, ya que al final acabamos saliendo de la sala a la una de madrugada. Eso sí, nunca supo tan bien madrugar al día siguiente, teniendo aún la sensación en cuerpo y mente de haber disfrutado de algo único y muy especial. Desde aquí deseamos que lo vivido el jueves en Gijón no haya sido una excepción y animamos al público a participar más frecuentemente para que promotores locales puedan seguir apostando por acercarnos a grandes bandas internacionales. Rival Sons son el rock n’ roll de este siglo.