THE PICTUREBOOKS – Sala Wurlitzer BallRoom, Madrid – 07/04/2019
Hasta hace unos años, era difícil separar grupos de la zona donde surgían. Por ejemplo, SEPULTURA. Si uno escucha SEPULTURA le transporta directamente a Brasil, no es difícil imaginarse hasta las selvas profundas o las favelas. O KATATONIA por decir uno mas actual, uno se imagina las ciudades de Suecia, frías y vacías donde uno puede sentir esa soledad que tan bien se le da al grupo mostrar con sus canciones.
Pero han surgido nuevos grupos como THE PICTUREBOOKS. Cuando uno escucha sus discos, se imagina que la banda será de California o de Texas por ejemplo, con esa mezcla de sonido entre revival rock y blues. Pero resulta que vienen de Alemania, y son una de las propuestas más innovadoras de los últimos años. Dos músicos solos que hacen sonar como una banda entera y que nos transportan a ese ambiente americano. El pasado 7 de abril venían presentando »The hands of time» en Madrid, y yo no quería perderme la ocasión.
Tocaban en la sala Wurlitzer, una sala complicada dado su pequeño escenario y en el que muchas veces el sonido, deja que desear. La sala se iba llenando cuando los alemanes subían al escenario. El dúo alemán arrancó con »You can´t let go» de su último disco y algo adaptada para la ocasión. La banda tiene toda la actitud, y no se dejaron amedrentar aunque el público estaba algo frío y se atrevieron con »I need that Oooh» uno de sus mejores temas de su anterior disco »Home is a heartache’‘ una autentica delicia que hizo que el publico se fuera animando. La compenetración entre estos dos músicos es perfecta, y es la clave que les da ese sonido tan especial que tienen. Entre los dos llenaban el escenario entre pedaleras, guitarras, múltiples elementos de percusión. Me sería imposible destacar a uno de los dos músicos por encima del otro. Fynn Claus Grabke es un cantante impresionante, tiene personalidad y estilo propio a la hora de cantar, sabe conectar con el público. Como guitarrista ha sabido encontrar su hueco, no es un virtuosismo extremo pero gana a base de sus diferentes guitarras y sabe como usarlas perfectamente. De Philipp, el percusionista, se podría hablar largo y tendido. Su particular batería, en la que no vamos a ver un solo platillo ya nos hace ver que no vamos a ver algo habitual. La energía que descarga en cada actuación es impresionante, no en vano volaron varias baquetas rotas durante el concierto. Un músico único que se deja la piel por hacer de su sección rítmica única en cada tema, incluso cuando se le rompían las baquetas golpeaba la percusión con sus propias manos.
El grupo fue alternando entre sus tres discos, hubo temas muy coreados como »Fire keeps burning» o »Electric nights» uno de los singles de su último disco que es uno de esos temas fáciles y pegadizos que se te quedan en la cabeza durante días. Uno de los momentos claves de la noche fue cuando Fynn decidió sacar su mandolina para »howling wolf» un tema que gana mucho en directo y es que ver a estos músicos en directo es todo un gusto. THE PICTUREBOOKS, aun con la energía que descargaban, no parecían rendirse y estaban dispuestos a seguir la actuación aunque Philipp sudaba sin parar debido al esfuerzo físico con el que golpea la percusión. La banda tenía sorpresas preparadas y hasta sacaron un piano (con todas las dificultades que trae en una sala tan pequeña) para interpretar »The day the thunder arrives’‘ aunque no fue uno de los temas mas memorables del concierto.
Se animaron a tocar muchos temas de »The hands of time» como »Rain» con ese toque western tan especial o »Lizard» uno de los mejores temas del album. Fynn tenía un discurso, en especial antes de tocar »The hands of time» y de lo importante que es disfrutar el momento, y noches así. En mi caso consiguió calarme con ese mensaje y fue uno de los mejores momentos de la noche. El final del concierto se dio con sus dos clásicos »Your kisses burns like fire» un tema impresionante y »The rabbit and the wolf» donde se dejaron la piel para hacer el cierre que el concierto necesitaba. Era muy llamativo como había cambiado la dinámica del público desde el principio del concierto hasta el final. Cuando empezaron el público estaba callado y al final consiguieron mover a todos los asistentes. El dúo alemán se subió una última vez al escenario para pedir toda la colaboración del público con »Zero fucks given» y con ese mensaje claro dejaron al público cantar casi todo el tema y cerrar la fiesta que había supuesto la actuación de THE PICTUREBOOKS.
Qué complicado es, con el actual panorama de bandas, decidir a que conciertos ir y a cuales no, pero sin duda ver a THE PICTUREBOOKS es todo un acierto. Son una gran banda que suenan como en disco y dan unas actuaciones impresionantes, aunque sea en una sala tan pequeña como la Wurtlizer. Han pasado los días de la actuación y no puedo evitar tener varios de sus temas en la cabeza. Ojalá vuelvan pronto y mas gente se deje cautivar por su especial sonido. Mientras tanto seguiré escuchando »The hands of time» y disfrutando el momento.