OPETH + PAIN OF SALVATION – SALA PENÉLOPE, MADRID – 19/11/2011
De nuevo regresaban OPETH a Madrid, en esta ocasión para presentar su último trabajo discográfico titulado “Heritage”, un disco que, como viene siendo habitual en las composiciones de la banda, ha dado y dará mucho que hablar acerca de la dirección y, sobre todo, el destino que le espera a una de esas bandas únicas e irrepetibles en el mundo, alejadas de todo tipo de categorización o encorsetamiento en estilos, etiquetas o tendencias. Está claro que la mente de Mikael Åkerfeldt va por unos caminos que nadie conoce, que nadie espera y que nadie prevé, razón por la cual cada nuevo lanzamiento de la banda de un tiempo a esta parte cautiva, enamora, crea rechazo y no deja indiferente a nadie… Pues bien, algo similar (o incluso totalmente diferente) podríamos decir del concierto que los suecos dieron el pasado 19 de Noviembre en la Sala Penélope de Madrid.
Pero antes tendríamos el placer (al menos algunos y por ello no sin cierta polémica subyacente) de presenciar el concierto que como teloneros oficiales de esta gira darían los también suecos PAIN OF SALVATION para presentarnos su último y genial trabajo discográfico, “Road to salt two”.
Y digo polémico no por la banda, que ofrecería un espectáculo absolutamente impoluto e impecable, sino por los problemas organizativos que, mientras el concierto daba su comienzo, muchos asistentes estaban sufriendo en esos momentos a la salida de la sala. Desconozco la versión de la organización, pero si de las palabras de muchos de los fans indignados que pude recoger a la salida se tratara, diría que lo que ocurrió es que hubo un tremendo caos con respecto a la publicación de horarios de actuación y comienzo del concierto. De tal modo, cuando una gran parte del público ya estaba en la sala a las 20:30 horas, muchos otros daban por hecho que PAIN OF SALVATION no saldrían a escena hasta las 21:00 horas… Cómo os podéis imaginar, eso no ocurrió así, mucha gente en la cola entrando con lentitud se perdieron gran parte de la actuación de los suecos, muchos otros, que habían hecho largos viajes desde muchos puntos del país, no llegarían ni a verles… El resultado sería algo muy poco deseable en un concierto de este calibre, con los precios que tienen estas entradas y que dudamos que los damnificados vayan a recuperar de ninguna forma, excepto aquellos que tuvieran a bien solicitar la correspondiente hoja de reclamaciones a la finalización del evento, cosa que debería hacerse mucho más para exigir que, a quienes sostenemos el negocio, se nos trate con el respeto con el que se le debe tratar a todo cliente que paga por un servicio. Todo ello sin hablar de una Sala como Penélope cuya distribución para un concierto de este calibre clama al cielo y resulta totalmente indignante.
Dicho esto recalcaré que en lo que respecta al concierto de PAIN OF SALVATION los casi 45 minutos que estuvieron en escena se hicieron realmente cortos. La banda dedicó su actuación prácticamente en su totalidad a repasar sus dos últimos trabajos “Road to Salt One” y “Road to Salt Two”, destacando sobre todas las demás la figura de Daniel Gildenlow, brillando con una aura especial durante todo el show y ofreciendo un concierto prácticamente perfecto donde solo regresaron a 2000 con su ya clásico “Ashes” a mitad del show. A destacar el dinamismo de sus temas, lo brillante de los mismos y la capacidad de la banda de hacer de su estilo algo realmente fácil de escuchar y de interiorizar cuando al mismo tiempo uno comprende la riqueza y complejidad de su rock progresivo de tintes setenteros en la actualidad.
Visto lo visto, su regreso en febrero a nuestro país como cabezas de cartel de su propia gira es ya una cita prácticamente imprescindible para todo amante del rock progresivo y luminoso que se precie.
Setlist PAIN OF SALVATION:
– Softly she cries
– Ashes
– 1979
– To the shoreline
– Linoleum
– No way
Como decía más arriba, lo de OPETH a estas alturas no deja indiferente a nadie. Si a alguien externo a todo esto, a su evolución y a su historia, le contáramos de forma aséptica lo que es un concierto de los suecos en la actualidad probablemente estaría convencido de que le estamos contando un auténtico suicidio musical y mediático… Pero nada más lejos de la realidad OPETH abarrotaron toda una sala Penélope el pasado 19 de Noviembre de 2011. Lleno hasta la bandera para ver a una banda que basa la clave de su éxito, tanto actual como futuro, en la excelencia de unos músicos comandados por un excéntrico genio, en la mejor acepción de este adjetivo, llamado Mikael Åkerfeldt.
Su concierto y su dirección musical actual prescinde totalmente de cualquier tópico o canon establecido para lo que debería ser un concierto. No hay subidas, no hay bajadas, no hay juego con la percepción del público y la evolución del show. Más bien este podría ser eterno, puesto que OPETH mantienen un nivel continuo y constante que raya la perfección más absoluta. Hay momentos de gran intensidad instrumental y suficiente carga eléctrica para sostener la historia de la banda, pero domina sobre todo la tranquilidad, la instrumentalidad, lo evocador de las composiciones y lo recóndito y embaucador de las letras y la voz de éste genio compositor.
Algunos dirán que la tranquilidad de esta gira responde a la presentación de “Heritage”, pero muchos otros habrán podido apreciar en el setlist actual de OPETH (veremos a ver si cambia de cara a festivales veraniegos) una total y clara declaración de intenciones futuras. En Madrid, como en el resto de la gira, pudimos presenciar a unos OPETH alejados de cualquier guturalidad y oscuridad pasadas. En cambio, la nueva dirección convierte a la banda en un grupo con más luz en sus laberintos, más centrado en la delicadeza y exquisitez de sus canciones más evocadoras y tranquilas, sin olvidar su lado más eléctrico y su capacidad para abrumar nuestros oídos cuando y cómo les plazca, pero enfocados hacia una clara influencia sementera en su concepto del rock progresivo.
Y entre todo ello, o como extra de lo comentado, la persona de Mikael Åkerfeldt copando el máximo de atención del respetable a cada momento. El sueco es capaz de mantener su aura de personaje que vive en otro mundo y al mismo tiempo combinar la solemnidad de sus composiciones con el humor más acido en su actitud, sus frases hacia el público y, en definitiva, el desarrollo de su arte sobre el escenario. Desde su sarcástico desprecio a la hora de echar a los fotógrafos del ridículo y patético foso de fotografía de la Penélope (debía decirlo o reventar) a su casi infantil disfrute cuando la banda al completo se desmelenó tras una larga sesión acústica (“Throat of Winter”, “Credence” y “Closure”) para dedicarle el electrizante “Slither” al tristemente fallecido Ronnie James Dio. Por momentos un servidor pudo llegar a adivinar una serie de miradas de auténtica diversión entre Mikael y su técnico de sonido, como si aquello «tan heavy» que hacían en esa canción se saliera por completo de la norma y resultara algo travieso.
Tal y como empezara con “The Devil’s Orchad” el concierto acabó con una nueva demostración de calidad con unas geniales “Hex omega” y su excelsa densidad y “Folklore” , aunque, dada la progresión del concierto, y como comentábamos anteriormente, bien podríamos haber continuado por los siglos de los siglos anestesiados por la capacidad hipnótica de los actualesOPETH.
Setlist OPETH:
– The Devil’s Orchad
– I feel the dark
– Face of Melinda
– Porcelain Heart
– Mepenthe
– Throat of winter
– Credence
– Closure
– Slither
– A fair judgement
– Hex Omega
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– Folklore