KING SAPO + DIAVLO – Sala Joy Eslava, Madrid – 14/2/2019
Cupido disparó su flecha y salimos enamorados de dos nuevas bandas
Un tal Cupido insistía que era día señalado y muchos teníamos claro que así era, aunque en lugar de sucumbir a impulsos consumistas prefabricados, la cita que nos marcaba el calendario consistía en un concierto doble de dos bandas de la capital del estado que venían ambas con su debut discográfico calentito debajo del brazo. Diavlo se estrenaban en Madrid después de empezar gira el fin de semana anterior, y los supuestos teloneros, King Sapo, con ganas de seguir sumando adeptos a su causa.
KING SAPO
Con un ligero retraso en el horario previsto y parte del público todavía llegando, los sapo empezaron a calentar la sala con un inicio difícil de mejora: con la cañera “Hombre Humo”, avisando de lo que se nos venía encima por si había algún despistado, muy buen sonido, el bajo de Jose Alberto Solis atronador, taladrando tímpanos, primeras ovaciones del respetable y directos a “Super-Psycho”, un tema perfecto para desarrollar una jam muy setentera con un Andrés Duende magistral. Con “Lume” seguimos en éxtasis lisérgico, la química entre los cuatro componentes de la banda se manifiesta y sorprende por momentos, Javier Planelles dando lecciones desde la batería. “Libre” es la primera lenta y después de tanta caña viene perfecta.
Entre el escaso tiempo del que disponían y el pequeño retraso señalado, se vieron obligados a prescindir de “Insomnios”, pero venía “Alguien como tú” para volver a poner las cosas en su sitio y a nosotros a botar. “Afrodita Blues” es una de las canciones que más me gusta de King Sapo, lo tiene todo: una guitarra que comienza hipnótica, la batería anunciando guerra de trincheras, Jesús Trujillo implicando al público y cuando entra el bajo con un riff brutal aquello alcanza un clímax electrizante, el tema es una montaña rusa que no deja de crecer en directo.
Cuando uno pensaba que la cosa no podía mejorar, Jesús se cuelga la guitarra acústica y empieza a entonar él solo las primeras estrofas de una sentida “Hablando con árboles”, para en seguida ser arropado por el resto, destacando la guitarra de un Andrés Duende que deja aquí su personalísima firma. Canción con parada intermedia, ovación y retomamos. Terminan con otro de sus buques insignia y que da nombre a su disco, “Niño Gurú”, ya con la sala prácticamente llena y dejándonos con ganas de más.
DIAVLO
Al sonido de una intro pregrabada subía al escenario el trío Diavlo y ya desde la inicio se intuía fiesta rockera muy bailable, “Ruleta Rusa” y “Malahierba” invitan a ello, con esos coros en falsete y unos riffs machacones que se te meten hasta el tuétano. El grupo decidió presentar hasta tres temas nuevos no incluidos en su disco “Diferente”, lo que suponía un pequeño bajón en el ritmo del concierto, ritmo que volvía a subir varios enteros cuando interpretaban su primer single “Diablo”, en esta ocasión con la sorpresiva participación del cantante de Sexy Zebras, Gabriel Montes, para dejar uno de los mejores momentos del concierto. “Lobo” caldeaba aún más el ambiente, tema con mucho groove y que hace recordar a The Black Keys. En la marchosa “Sol de Invierno” la batería del ex – Dover Jesús Antúnez va como un motor a propulsión.
Como apuntaba antes, se arriesgaron a tocar varios temas inéditos, uno de ellos antes de otra sorpresa: el dúo de pop electrónico Presumido subía a la platea para hacer sonar su tema “Rey Azotado”, haciendo entre todos una versión algo más rockera de la canción. La voz de Eduardo de la Mata tiene un punto de rollo indie que parece gustar bastante, y en una balada como “Fugaz” le va como anillo al dedo. El final del concierto remontaba el vuelo con una terna de canciones infalible, la cañera “Ulises”, “Diferente” y “Paraíso”, en esta última intercalando la canción de la intro de la serie Narcos para terminar de descolocar a más de uno, pero que indica lo ecléctica que puede llegar a ser la propuesta de estos Diavlo.
Al final resultó que Cupido sí disparó su flecha y salimos de allí enamorados de dos nuevas bandas, de propuesta diferente, pero con la misma idea de hacer pasar un buen rato de diversión impagable, bueno, pagando los diez euros de la entrada…
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Texto y fotos: Manuel Alvarez