Asistencia récord para ver a METALLICA en Barcelona // Estadio Lluís Companys – 05/05/2019
Asistencia récord para ver a METALLICA en Barcelona, con unas 52.000 personas aguardando a la banda americana en el Estadio Olímpico Lluís Companys, y allí que nos fuimos Metalcry para contároslo. Poquito más de un año hacía que los de San Francisco habían aterrizado en la Ciudad Condal, para presentar su último plástico “Hardwired… To Self Destruct” (2016), conquistando un Palau Sant Jordi que se quedó pequeño en aquella ocasión.
Probablemente, ahí residiera la clave del regreso del cuarteto, que afronta ahora una gira de estadios en la que todos/as estamos más a nuestras anchas. Quizás, el único inconveniente fuera el molesto aire que soplaba en Barcelona durante la tarde de domingo; molestia acrecentada a medida que el concierto se acercaba a media noche. En ese sentido, los chorros de fuego que asomaron paulatinamente a lo largo de la velada fueron, incluso, más bienvenidos que cortes como “Frantic” o “Lords Of Summer”.
“Hardwired”, tras la intro de rigor con la genial pieza de Morricone, daba el pistoletazo de salida a la esperada actuación de METALLICA, tras unos GHOST y BOKASSA que fueron caldeando el ambiente, a pesar de que no demasiados les prestaran atención, como suele ocurrir en este tipo de eventos. Un James Hetfield, que no acabó de estar cómodo con su garganta hasta pasados unos cuantos temas, aguantó como pudo las acometidas del viento, que sobre el espectacular escenario sacudía más irritante si cabe.
Las grandes pantallas tras la banda hicieron honor al espectáculo, sumándoseles unos juegos de leds y rayos láser que llenaron de color el gran estadio de Montjuïc. Precisamente, Marianne Faithfull iba a aparecer en ellas, a la par que coreábamos el estribillo de “The Memory Remains”… Pero más emotivo sería el momento en que reproducían la imagen de Cliff Burton, mientras Robert Trujillo recordaba un pasaje de la instrumental “To Live Is To Die” con su bajo. También “One” gana muchos enteros con esa puesta en escena; arropada por un ejército de soldados que se convierten en esqueletos a la par que la canción llega al summum.
“Ride The Lightning” vino en tercer lugar, un tema que representaba la primera joya de la noche. Años atrás, el corte que da nombre al segundo disco de METALLICA hubiera desatado un mosh de cuidado entre las primeras filas, cosa que ahora no ocurre. En la actualidad, con la estratificación a la que están sometidas las audiencias en esta clase de eventos, es difícil ver a los más “cabras” dándose de leches frente al escenario, con lo cual, los únicos pogos los formaban algunos borrachuzos en los laterales, alrededor de las barras, claro. Asimismo, atronadora bienvenida recibía “The Thing That Should Not Be”, una canción pesada en todos los sentidos (debo confesaros que siempre me ha parecido aburridísima), que sirve a Lars Ulrich para darse un respiro a los parches.
Más respiró aún el pequeño batería danés en “The Unforgiven”, con Hetfield apoyándose en la preciosa acústica que abre el tema y que utilizaría más adelante en “Fade To Black”. Posteriormente, el vocalista y guitarra se acomodó al frente de la pasarela que envuelve el “Snake Pit” para tocar un par de las más recientes: “Here Comes Revenge” y “Moth Into Flame”; esta última envuelta en llamaradas que, como decía anteriormente, fueron muy bienvenidas en la fría noche del 05 de mayo. Tras agradecer al público su entrega y apoyo, a lo largo de esos 38 años que lleva la banda en activo, Hetfield espetó aquello de “Do you want heavy?”, con lo cual sabíamos de antemano que llegaba el turno de “Sad But True”.
Y como ya hicieran en la anterior visita a Barcelona, cosa que arruinó un tanto el factor sorpresa, Trujillo y Kirk Hammett se arrancaron nuevamente con “El Muerto Vivo” de Peret, como homenaje a la cultura catalana. Tan friki resulta la cosa que hasta el propio bajista fue incapaz de contener la risa en una de las estrofas. Pese a que muchos les escueza, la verdad es que momentos así se agradecen.
METALLICA demostraron una vez más que están un peldaño por encima. Son una banda gigantesca y mainstream, ¿por qué no decirlo?, de heavy metal, y como tal invierten parte de su fortuna (que recuperarán posteriormente con sendos beneficios) en ofrecer espectáculos de tales dimensiones. Experiencias que pocas veces podrás repetir en la vida. Pese a quien le pese, eso es así.
A pesar de que los años no perdonan y que la banda cada vez luce menos enérgica sobre unas tablas, ha vuelto a valer la pena disfrutar el directo de unos californianos que esta vez dejarían de lado el material de discos como “Death Magnetic” (2008) o “Load” (1996), en pro de los siempre imprescindibles, y no menos trillados, “Master Of Puppets”, “For Whom The Bell Tolls”, “Creeping Death”, “Seek & Destroy”, “Nothing Else Matters” o el “Enter Sandman” con el que METALLICA ponen el broche, a base de pirotecnia, mientras se dan el último baño de masas antes de volver al camerino.